viernes, 31 de diciembre de 2010

Breve.

La otra noche soñé contigo.
No sé por qué.
Me cogías de la mano y decías que esto iba a arder.
Y no sé, si era por la fiebre que mi cama se movía o porque tú decías que esto iba a ser un incendio sin control.
Me dijiste que volarías a mi lado y que cuando temblase de frío (o de miedo) me apretarías la mano más fuerte y así podrías transmitirme tu calor. Bonita forma de curarse-pensé. 
Luego, creo que me desperté y te vi, ahí acurrucado en tu lado de la cama, respirando silenciosamente, con los calcetines de colores que te regalé y con un ojo cerrado y el otro entreabierto. 
Iba a darte un beso de buenas noches, pero tu cogiste mi mano y dijiste muy flojito "vuelve a dormirte". Y me hubiese quedado, toda la vida soñando, así. 
Te hice caso y desee más que nada en el mundo que justamente un segundo después, con cambio de año incluido, siguieras estando ahí. 

FELIZ 2011!!!
(que este año sea mucho más especial que el anterior)


pd: realmente si estoy ardiendo de fiebre. Tener anginas para fin de año, es realmente frustrante. 

martes, 21 de diciembre de 2010

Sabes ¿qué? no me importa si no tenemos nada en común. Muchísimo mejor por que así, si me dejas no voy a recordarte por todo aquello que me gusta. Así será mucho más fácil olvidarte. Mejor que no tengamos ningún sitio que sea nuestro, mejor que siempre nos encontremos en distintos puntos de la ciudad, mejor que nuestra cafetería sea todas aquellas que podamos encontrar y sean cotidianas para los dos. Que te guste el café tanto como a mí y que no tengas los mismos sitios pendientes para ir que yo. Mejor que no hagas listas de cosas que quieres hacer conmigo y si las haces, mejor que no me lo cuentes. Que no me escribas cada día mensajes cortos diciéndome que me echas de menos, eso no existe. No puedes. No vuelvas a decirme que soy la mitad que andabas buscando. Mejor lo dejamos para cuando nos aprendamos la carretera de nuestros huesos. Para cuando la tortura de la soledad que sentía ya no exista más. Para cuando no hayamos encontrado ni un sólo grupo de música en común. Para cuando me digas que te gustan los gatos y compruebes lo irremediablemente alérgica que soy a ellos. Que te gusta la Navidad y lo tierno que te pones cuando llega enero y te cuento lo bien que me lo paso yo en verano y como me gusta ver pasear a los chicos sin camiseta por la playa. Y que me encanta cantar en la ducha e inventarme las letras de canciones y lo mucho que odias tu la gente que lo hace. Y reinventar personajes para que no puedas descubrirme. Decirme que tienes miedo a volar y que nunca has pisado un aeropuerto pero que te encantan las despedidas en las estaciones de autobuses (que melancólico). Cuando me digas que no te gusta conducir y que odias la noche. Y que prefieres un beso en la frente antes que una sonrisa (lo cual no voy a entender nunca) .
-Y seguiré diciendo que tú y yo no podemos tener nada en común. ¿qué no es tan difícil no?

Más fotos del autor aquí 

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ha pasado algún tiempo, ya.

Ella siempre había tenido facilidad para eso de escribir. Ahora que se acercaba el final del año y le tocaba hacer balance (porque ella quería) no sabía como expresar tantas ideas en un solo párrafo. Un intento: 
"La he visto leyendo el periódico. Sentada en la mesa con un café caliente y leche semi en la otra mano. La he visto independizarse. Cocinar para tres. Ordenar el piso. Reconocer Barcelona por su olor y ver la Sagrada Familia con montones de capas de nieve y no inmortalizar ese momento. Hacer cenas y disfrutar hasta las nueve de la mañana sin resaca y con una sonrisa en la boca, la he visto salir con chicos guapos y ampliar la agenda de contactos en facebook. Con sus amigos, llorar viendo la televisión o cualquier película de amor. Añorar que le ha perdido o que se ha ido. La he visto disfrutar de los mejores directos en Barcelona o Madrid. Recordar que aún sabe hablar bien inglés y que el francés no lo tenía tan olvidado como pensaba. Que ha contado otra vez con la gente. Que ha conocido a personas que la entienden. Ha perdido su primer vuelo y ha compartido historias con la mirada en un ascensor y desayuno con el chico de la camisa de cuadros. Ha bailado desenfrenadamente y ha hecho suya la noche. Ha sabido entrelazar palabras y a sentido más en poco tiempo que en mucho atrás. Ha seguido estudiando y trabajando y aprendiendo. Se ha seguido sonrojando y en algunas ocasiones su corazón ha bombeado más fuerte que nunca. Ha acariciado y la han acariciado y ha recibido abrazos especiales.Ha notado el tacto de su piel erizarse y desolación y odio y muchas ganas, a la vez. No la he visto enamorarse ni a cuatro metros sobre el cielo. Ha cantado muchas canciones de amor desesperado y algunas se las ha inventado, algunas tal vez, cuentan su historia. "
Lo que está claro, es que aún tiene muchas cosas pendientes. Entre ellas, hacer un interrail con D (y quien más quiera, claro), comer nubes con chocolate caliente, tener una noche con cielo estrellado y estrellas fugaces con explicación, tener muchas más tardes de domingo libres y poder ver más pelis en el sofá. Hacer escapadas románticas y dar y recibir muchos besos. Volver a Madrid en Navidad y pasear debajo de miles de luces de colores, bien abrigada.


Las canciones de su año :aquí
Idea original: aquí 

viernes, 3 de diciembre de 2010

no tengo tiempo para ser sólo un recuerdo*


No tengo la fórmula mágica para ser feliz. 
Cuando lo eres lo sabes y todo lo que tienes a tu alrededor no te importa. Le deseas a todos que les vaya bien y les cuentas que tu saltarías todos los charcos del mundo con una sonrisa enorme. 
Pero cuando tienes algo y te lo quitan de las manos, como un caramelo, entonces tu mundo empieza a tambalearse y ya no quieres que los demás te digan lo felices que son, porque quisieras que a los demás les pasara lo mismo que a ti. 
Yo quería estar con él. Porque cuando lo estaba mi mundo tenía otro color. Porque prometimos dejarnos a los veintinueve y  medio y para eso aún faltan años. Dijimos que contaríamos estrellas y que veríamos más amaneceres juntos. Que un día cogerías una cámara de fotos y nos perderíamos haciendo miles de ellas. Que  pasaríamos un fin de semana cogidos de la mano y que no la soltarías, que este puente vendrías a hacerme compañía, que las noches son muy largas y oscuras. Te gustaba tocarme el flequillo y despeinarme y hacerme cosquillas. La luna en mi ombligo y tu besándome, esa era la estampa perfecta que quiero recordar, cuando me faltas. Cuando no estás porque te has ido. Yo quería leerte fragmentos de aquel libro que tanto me gusta e ir al cine y ver la película y recordarme que esto que me pasa contigo es bueno. Nuestros cinco minutos después de clase y las horas en el coche recordándonos que estamos bien y que te gusto, que de verdad te importo, que te preocupas por mi. Mirarnos a los ojos e intimidarnos. Hacernos mimitos cariñosos y muchos besos y que digas que tienes ganas de morderme locamente. Tus mensajes de buenas noches y el " Bon dia princesa" y los "carinyo" sin querer. 
¿Sabes? creo que me merecía una despedida, si pensabas irte sin avisar, al menos. O una explicación al porque de todo esto. Al porque te importaba y un día te levantas y decides que ya no. Necesitaba oír tu voz y pensar que todo esto tiene algún sentido. Que ya no seremos más dos, porque tu has roto con esto. 
Y ahora yo me siento a esperar, esperar si algún día tu querrás mi ayuda, si algún día volveré a oír tu voz, tus palabras.
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Y ahora quien vuelve a contar estrellas que no brillarán, si tú no cuentas conmigo, si no quieres soñar, ahora ya puedes olvidar...
Pensar que lo que fue ya nunca volverá y lo que vendrá viene tan despacio. Que aquello tan grande, se volvió pequeño.

martes, 23 de noviembre de 2010



Quizá me cueste esperar. Y ahora es como si estuviésemos lejos, estando juntos.  
Y te miro y me pierdo. Y lo perdonaría todo.  Supongo que no puedo reprocharte nada, porque ni siquiera sabemos si somos algo. Ni siquiera se, si de verdad me echas de menos cuando te lo pregunto. Lo que si sé, es que cuando me miras es como si me volviese transparente, aunque tu niegas que puedes ver através mío, y cuando me tocas es como si mis hormonas se revoluzionaran.
Tengo ganas de quererte y de que lo hagas. Y de que me acaricies despacio, como siempre. Sin tener que preguntarnos si estamos haciendo lo adecuado. Quiero que la noche se vuelva nuestra mañana, que el reloj del coche se pare y nos despertemos a la cinco, como aquella vez, ¿te acuerdas?. Quiero volver a conocerte y saberlo todo, que me cuentes que te pasa cuando no me devuelves las llamadas. Pasarme horas hablando contigo. Que me esperes a la salida de la biblioteca, que me abraces cuando hace frío y me cojas de la mano sin que te lo pida. Que me prometas que esto va a pasar y que será diez mil veces mejor. Que solo necesitamos reecontrarnos con la mejor versión de nosotros, que nose porque suele estar escondida, cuando estamos separados. Igual es que debería esperarte a la salida del trabajo o escribirte cartas y enviartelas todas a la vez o que deberíamos volver a perdernos por todos aquellos campos llenos de árboles y que la luna nos abrigue. Que deberíamos hacer instantáneas de aquellos momentos bonitos que vivimos y guardarlas debajo de la almohada para acordarnos de nosotros cuando estamos tristes o con ganas de vernos, de nuevo.
Supongo que en el fondo todos ante los sentimientos nos volvemos débiles. Y yo ni siquiera se si te gusto de la misma forma, y aunque diga que me da igual e intente creérmelo, yo creo que podría gritar que estoy loca porque me llames, porque en el fondo se ,que no conozco ningún truco para hacer desaparecer esto que me pasa contigo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

estoy temblando y...


Estoy triste, ¿sabes?
(Y me he jurado que no voy a llorar)

Estoy triste, porque quisiera que te acordaras más de que estoy aquí. Porque quisiera que todo esto fuera perfecto. Y a veces, por dentro, pienso que me estoy equivocando, que esto no va a terminar bien. Que yo estoy demasiado encima en todo. ¿Sabes? O igual es que yo necesito demasiado que estés ahí. Necesito algo que me haga sentir mejor. Quisiera poder estar equivocada, y que tu simplemente fueras así como eres, pero hay una parte de mi que no se lo cree. Que los primeros días, mucho más al principio que ahora, estabas más por mi, que te preocupaba mucho más como estaba o lo que hacía. Que querías verme en todo momento y que me decías que me echabas de menos, que tengo un montón de mensajes en el móvil que lo demuestran. Y ahora, me cuesta muchísimo sacarte un "te echo de menos" o un "te paso a buscar", y puede que al principio estuviese mal acostumbrada, pero es que es el principio! Y sólo quiero que lo siga siendo. Y aunque no lo parezca, creo que por dentro estoy temblando. Que todos los fantasmas que tenemos escondidos salen. Igual es que tu tienes otro concepto de todo esto o que quieres hacer las cosas de otra forma y a mi no me sale no estar pensando en eso. No me sale, el irme a dormir y no enviarte un mensaje o llamarte. No me sale, estar trabajando y pensar en ti y en si tu también piensas en mi. No me sale, no mirar el móvil cada x tiempo para ver si tengo algo tuyo.
Y desearía que me saliese, porque así no me sentiría como una tonta al hacerlo yo y no responderme. Porque no quiero sentirme así. Porque creo encarecidamente que no te gusto de la misma forma que unas semanas atrás. Porque así, tengo la sensación como si fuera una más entre toda la multitud (que de echo, si soy esa multitud).

domingo, 14 de noviembre de 2010

páginas blancas

Querido (alguien):
cuando me enfado tengo la enorme facilidad de escribirte más y mejor. Quizá porque quiero sacar un montón de vocablos de mi boca y no hay nadie sentado aquí a mi lado que pueda recibirlos. Entonces quiero explotar como un globo rojo e invadir todo el espacio de esta habitación de helio y oxígeno para que mi voz suene a risa y emoción.  Y pueda ir corriendo a mi madre y gritarle fuerte que me ahogo. 
No se, quizá lo que me falta ahora mismo es un abrazo de esos que se dan porque sí. De los de amigo yo estoy aquí, no te preocupes, si quieres puedes llorar sobre mi hombro o darme un beso en la mejilla o hacerme cosquillas tras las orejas. ¿Sabes? Ahora estoy escuchando canciones cuyas cantantes tienen esa voz dulce que parece que quieras meterte dentro de la canción. Y hacer volteretas en el aire y comer algodón de azúcar rosa y comprarme un teléfono de esos verdes antiguos y girar los números, abrir el listín de teléfonos y conseguir llamar a cualquier desconocido, gritándole que porque me dejó inundarme. E irme a la cocina y revolver los cajones del congelador hasta encontrar esa tarrina de helado gigante que desearía comerme ahora mismo, que voy a abrir con un remordimiento de conciencia enorme y que la primera cucharada se la ofreceré a mi madre para que piense que la he abierto para las dos. Y es que cómo nos gusta mentirnos! Y el desconocido del teléfono aún seguirá ahí y le suplicaré que no cuelgue si hace falta, sólo para que me cuente que ha hecho en su día libre y si se acuerda del tiempo que hace que no ve un arco iris. No lo sabrá. Porque nunca nos fijamos en aquellos pequeños detalles. Cómo en el color que tienen mis ojos cuando se mezclan con la luz del sol. ¿Verdad?. Deberás mirarme más atento, querido alguien*

jueves, 4 de noviembre de 2010

Iba incluso a escribirte una carta. Por que creía que era una buena opción para despedir(me) de mi antiguo yo.  La había puesto en un sobre verde, sin cerrar. Pero me di cuenta que no tenía tu dirección. La busqué en "páginas blancas" y no puede ser tan difícil encontrar tu mismo apellido, sólo hay cinco direcciones diferentes. Pensé en hacer cinco copias, pero desistí. La próxima vez que te vea te la daré. Te la escribí en catalán para que sepas que es para ti de mi. Que no la escribió N para M. Aunque podría. Pero creo que ellos forman parte de mi pasado y que 2010 está siendo suficientemente bueno como para que sea yo la que quiera escribirte a ti. Quería explicarte todo lo que me gusta del mundo, todas las cosas buenas que hay en él. Todos los olores que me vuelven loca, los detalles que me hacen sonreír y los momentos especiales que quiero compartir (te). Iba a pedir (te) que me acompañaras las mañanas grises de tormenta y las noches de soledad e iba a explicarte que tienes razón cuando dices que necesito que me llames cada día. Por que necesito saber que tu también me echas de menos (un poco) y despertarme por la mañana y que huela a café o capuchino (aunque a ti no te guste).
Puede que quisiera escribirte también que durante este tiempo que he estado sola me he mentido demasiado y que tengo una larga factura de cosas por evitar o por intentar. O para que me enseñes. Por que yo quiero que lo hagas, aunque no te lo pida (nunca).  Aunque tú no leas esto
Aunque (aún) no me hayas preguntado si ese chico del aeropuerto existe o si el fin de semana con Clément realmente sucedió, aunque yo no quiera mentirte. Si de verdad Nina soy yo o si ha existido alguna vez. 
...Quizá ahora tenga que empezar a escribir quién es en realidad Elena


pd: el nombre lleva música
foto: desde una ventana del hospital*

miércoles, 27 de octubre de 2010

Infinito*




Me llaman octubre, dice la canción. Y yo la escuchaba un montón de veces, por que quería hablar de él. Pero nunca encontraba las palabras, puede porque no sentía la canción, porque no había él. 
Y ahora no quiero olvidar, quiero convertir los días en febrero y escuchar todas esas canciones que hablan sobre todos los meses del año y compartirlos contigo. Tachar los días del calendario y ponerle anotaciones a mi agenda. Quiero que te enfades un poco cuando te digo lo guapo que es mi profesor y que nos inventemos un lugar donde poder ir a gritar. Que me lleves por toda esa geografía de caminos que no conozco y que la noche nos acompañe y que me des besos y la luna se refleje en nuestra cara y que cerremos los ojos. 
Quizá tendríamos que escribir nuestras iniciales en un árbol y que volviésemos dentro de unos años juntos o separados y nos acordáramos de todo lo que viviremos. Tendríamos que hacernos fotos sonriendo y mirándonos a través del cristal de las gafas de sol y escribirnos historias, mentiras, verdades y jugar a adivinar lo que de verdad nos pasa, a adivinar las cosas que nos gustan y nos gustarán. Y meterlo todo en una botella de vidrio verde y lanzarlo al mar y esperar que alguien lo encuentre y se sienta feliz. O ponerlo en un baúl y enterrarlo en un bosque, en un punto que sepamos encontrar. Dibujar un mapa, por si acaso. Con un punto rojo en el que pueda leerse "tesoro". 
Y grabar un cd con canciones indies. Y bailar sin pista de baile y acariciarme despacio. Asistir a conciertos y no esperar nada...más. Sólo tú (y yo).

lunes, 18 de octubre de 2010


Nina cree que las cosas siempre pasan por algo. Que su historia en el aeropuerto de "vuelo cancelado" en Milán, serviría para algo.  Puede que Clément sólo formara parte de otra parte del tiempo.
Pero lo más importante de ella, es que cuando encuentra algo, lo quiere (a veces sólo lo intenta). Y eso a veces, puede ser muy bueno y otras no tanto. Le tiene miedo al amor. Mucho. A todo lo que tiene que venir, a todo lo que puede pasar y sobretodo a lo que no puede pasar.
Aunque hace tiempo que quiere arriesgarse. Quiere poder tocar algún día el cielo de esa manera que cuenta en los libros o que alguien haga una campaña publicitaria con su imagen dormida.
Si tuviese que elegir un día sería un sábado noche, una estación verano con mar, un color verde esperanza, un verbo reír, escogería un cielo con luna llena y estrellado y una manta de lana con colores para ver mucho cine en casa. Escogería tener suerte y valentía, perderse para ser encontrada. Un amanecer bonito a tu (su) lado para hacerle mil fotografías cuando los colores se funden, cuando ves perfectamente la linea del horizonte, cuando crees que puedes tocarla. Y cuando en realidad lo que te encantaría tocar son sus ojos y darle un beso a escondidas...o sin esconder. Por que le gustan las caricias, en el cuello mejor. Los susurros, (hace poco leyó en un libro lo bueno que era decir las cosas susurrando), las respiraciones entrecortadas. Sentir que no habrá reproches, que seguirás siendo tu. Que las noches se harán infinitas, eternas, memorables. Y pasar un día de playa en invierno. Y pasear allá donde no puedan reconocerla, dónde no importen los demás, donde todo esté en calma. La nieve, los bufandas, sonreír, saltar, tocar, soñar...(te)(le). Hacer pasteles, mancharnos sin querer. Encender una hoguera y contar historias, que huela a mandarinas. Decirte que colecciono instantes, que me encanta el olor de un libro nuevo. Poderle cambiar la letra a las canciones.
Pero cuidado, porque si todo esto se cumple puede acabar irremediablemente enamorada, en demasiado poco tiempo...



foto: Istambul.

lunes, 11 de octubre de 2010

Tú no mueres de amor

Capítulo 1
Mira voy a decirte una cosa. Puede que los días sin ti sean precipicios y que mataría monstruos por ti y momentos si hiciera falta. Que te escribiría canciones y te las cantaría mientras tu me miras y yo me hago la dura y por dentro me derrito. 
Puede que deba confesarte que los aeropuertos siempre me han parecido un lugar fascinante para conocer gente, pero que odiara cuando los vuelos se cancelaban. Tener que esperar siempre me ha parecido aburrido pero conocerte a ti y hablar contigo fue una de esas experiencias extra orbitales que no se si nunca voy a volver a sentir (en un aeropuerto claro). Puede que deba explicarte el calambre energético que sentí cuando tu mano rozó la mía sin querer y cuando me pediste si el asiento de mi lado estaba ocupado, y yo con una sonrisa de tonta dije que no. Tengo que reconocer que siempre voy a echar de menos aquél viernes noche. El olor de tu colonia, el disimulo con que me mirabas y la forma en que yo hacía ver que no me daba cuenta. Quiero decirte que esperaba que me invitaras a tomar algo, para hacer la espera más llevadera. Y me cuentas que hoy vamos a tener suerte, que esto te ha pasado más de una vez, no lo de conocer chicas en aeropuertos matizas. Aunque dices que te alegras de haberme encontrado o eso creo yo ,que vienes a decir. Entonces por el telefonillo nos convocan a todos en la puerta 50 de embarque y nos dicen que nos proporcionan hotel y tu me coges de la mano y dices "¿lo ves?" y yo me alegro por todo. 
Miro el móvil, las doce menos diez y diez llamadas del mismo número. ¡Qué impaciente es Clément!
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Salimos a fuera. El aire por mi pelo, sabes lo que siento. Veo la salida, porque se que me miras. Dime esa palabra que tus ojos cantan. Creo que se nos para el tiempo...dentro de un momento este instante será sólo un recuerdo. 




(en cursiva: canciones de LOL y Facto Delafé y las flores azules)

martes, 28 de septiembre de 2010

Vamos a dejar de hablar de los demás.

el principio aquí
Suena el timbre. 3' antes de lo imprevisto.¿Aún se acuerda de dónde vives? Le conociste en un bar. Él era camarero y tu bailabas desenfrenadamente entre vasos de ginebra. Un chico enamorado de otra chica. Y luego, tú.
Te enciendes un cigarrillo, echas el humo. Lo ves llegar, tras la mirilla de la puerta. El mismo look, la misma mirada perdida. Lleva un paquete en la mano. ¿Será whisky?
2segundos, vas a mirar si hay hielo en el congelador. 4 bolsas. ¡Salvada!
El suelo del comedor lleno de carátulas de viejos vinilos. Y la caja de la pizza medio vacía ya. Y no tienes nada en los armarios de la cocina para ofrecerle.
Abres la puerta. Y os encontráis frente a frente.
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Y antes de sonreirle, recuerdas vuestra primera vez. A oscuras, en aquel parque. Y piensas que sólo es eso, sexo. Y miras sus manos grandes y sus labios rojos y te entran unas ganas irresistibles de besarle en el pasillo. En lugar de eso, le dices que entre y antes de cerrar la puerta detrás suyo te subes un poco más la falda. 
Abre la botella y entonces notas sus ojos rodeándote las caderas y que una brisa se cuela por tu ropa interior. Él se acerca por detrás y tú ya eres suya. 
(y el whisky goteando en la cocina)

martes, 21 de septiembre de 2010

Cartas









Capítulo 1:
Después de todo. Acabó bien.
No voy a olvidar tu sonrisa al despertarte. Eso seguro.
Ni tampoco la forma en que coges la almohada por la noche. Y menos aún, que a veces hables. ¡Eso si que fue gracioso!
Tus tres días fueron los míos. La gente se preguntaba cómo nos llegábamos a entender. Y la verdad, es que lo hacíamos complicado. Tu intentabas hablar español y a mi me volvía loca corregirte. No voy a olvidar el último beso antes de otoño en la estación de trenes.
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Milán. Y ahora debo confesarte que por un momento, en aquel ascensor te fui infiel.
En el aeropuerto. Vuelo cancelado a Barcelona. Y un chico que se acerca y me hace perder los papeles. No sé cómo. Supongo que el tener que llamar a casa y decir que llego mañana, fue el motivo. Decir que tendría que pasar la noche en un hotel, sola, siempre da un poco de miedo. 
Y entonces, me dan la llave de la habitación y al subir y compartir espacio con aquel chico de camisa de cuadros, me empiezan a temblar los cimientos. Y su olor al respirar el mismo aire que yo. El acercarme a apretar el botón y notar sus ojos miel clavados en los míos y no poder dejar de mirarle. Te juro que si me hubiese besado no hubiese podido parar. 
Y ahora, odio recordar que le dije que te echaba de menos. Y él decirme " no está tan lejos, pero yo estoy tan cerca..." Creo que tuve un incendio en mi interior y que si no fuera por que se abrieron las puertas de la cuarta planta y subió alguien, le hubiese querido hasta el final. 

No se como decirte, que te voy a echar de menos...

Foto: Milano. Septiembre '10.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Artíficie


Cada noche paso diez magníficos días contigo. 

Cada noche es diferente. Esta va a ser la última. Lo prometes. 
Y yo vuelvo el tiempo atrás, retrocedo la película y vuelvo a imaginarte como el primer día. Vuelvo a inventarme el tiempo contigo. Siempre hay algo más por hacer. No quiero que este diciembre termine te digo. Que ese miércoles llegue, me dices. No quiero estar con cualquiera, sólo contigo. No se, si es porque el día que nos conocimos no nos tuvimos o porque me miraste diferente. Por que, compartimos amanecer en la playa y casi en la misma toalla o porque hacía frío y yo quería irme y entonces tú te acercaste y me envolviste con tus brazos. No se si fue por el olor de la situación o el dolor de cabeza que no tenía. O por que, tu amigo quería ligar con Paula. Y ella contigo. Y tu me mirabas. Y no llevaba el móvil encima, pero te hubiese puesto esa canción del anuncio de la cerveza y hubiese bailado contigo. 
Recuerdo el viernes- después de unos meses- que llegamos y te dije que estabas irreconocible. Y tu me prometiste que ibas a portarte bien. Y que haríamos tantas fotos que nunca olvidaría el suave tacto de tus manos acariciando mi pelo. 
Paula decía que me regalaba tus noches, para que yo pudiera disfrutarlas contigo y tu pudieses mirarme como el primer día en la playa. 

De ella nos olvidamos. Esa fue la primera noche que soñé contigo.En Francia. Seguro.

sábado, 28 de agosto de 2010

Dime cuántos besos me he perdido.


A Nina nunca le había gustado Francia.
En la escuela había aborrecido estudiar francés. El por qué de tantos acentos la sacaba de su sitio. Decían que se parecía al catalán en la pronunciación, pero en la forma de escribirlo seguro que no. 
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2006 y conocería a Clément. No tuvo que ir demasiado lejos para hacerlo. 
Vacaciones de verano. 2 semanas en la playa. Junto a su mejor amiga.  En la terraza de un pub. 
Nina se sintió atraída des del primero momento que sus miradas se cruzaron. 
Sus amigos se acercaron para conocerlas. Pero C, se quedó en su mesa. Y eso a Nina le ruborizó la sangre. Si hubiese tenido el valor suficiente, se hubiese levantado y le hubiese arrastrado hasta su mesa. 
A Nina le gustaban los imposibles. Las cosas que requerían imaginación y trabajo. 
Su cita preferida era hacer un picnic. Dónde fuese. Con un mantel de flores rojas y una tableta de chocolate blanco. Comprar fruta natural y queso para untar. Encender una barrita de incienso para envolver ese momento. Un radiocasete o mp3 con altavoces y música de ambiente, en inglés mucho mejor. 
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Los días sucesivos a su fortuito encuentro quedaron todos unas cuantas veces. Playa, piscina y fiesta. Pero de Clément, sólo sabía su nombre, su edad y que era francés. Y las vacaciones terminaron. Se intercambiaron mails y msn. 
Cuando llegó a casa, ella le buscó insaciablemente. Buscó también todos los libros de francés que tenía olvidados en el armario de su habitación y decidió apuntarse nuevamente a clases. 
Al cabo de unos días, tanto ella como su amiga recibieron correos de los chicos de la playa. Y se sintieron estúpidamente felices. Nina podía notar como su corazón dejaba paso a la sangre para que éste se rellenase de nuevo y se distribuyese en menos de un segundo por el resto del cuerpo. Cosas de la ciencia.
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2008. De viaje a la costa de Francia. Destino Marseille.
Clément esperándolas en el aeropuerto. Irreconocible. 
Segunda noche todos juntos. La amiga de Nina ocupada. Y ella con un francés de título y sin ver a Clément. 
Diez minutos más tarde. Se le acerca con una copa en la mano y con un español bastante acertado le dice:
"Te he echado de menos" y ella sonríe. 
Más tarde, los dos se miran. Y él se atreve a decirle " me gustaría recorrer tu espalda sólo oliéndote, desearía poder poner mis manos donde empieza tu falda y descubrir que el mundo está lleno de fuegos artificiales. Y entonces, te acercaras a mi oreja y me susurrarás bajito que te bese, muy lento. Y lo haré. Y te diré que tengo ganas de hacerte el amor sin quitarnos la ropa. Y tu te morirás de ganas de salir de aquí. Y te pondrás a bailar y tu falda corta subirá sin darte cuenta. Y yo me pondré celoso como nunca..." De repente Nina, se le acerca y le dice " no tienes que pedirlo. Sólo hazlo".


(Aprovecho para decir(le) a alguien : Felicitats!.Tot i que no s'ho mereix, gens.)

sábado, 21 de agosto de 2010



Me he dado cuenta de que tengo miedo a enamorarme. A la vez, de que me muero de ganas de hacerlo.
Me he dado cuenta de que puede, que la culpa sea mía. Digo de estar sola. Por que, tengo miedo de que me lleguen a conocer demasiado. Y a la vez, estoy deseando que eso ocurra. Es una gran contradicción. 
Mis amigos dicen que estoy sola por que quiero. Y que soy demasiado exigente. Y en realidad no se, si es por que nadie cumple mis expectativas (que no se cuales son) o por que hay algunos que las sobrepasan.
Por una cosa u otra, todos los veranos me siento de esta forma. Y mira, que a mi el verano me encanta!
Siento como si los chicos que conoces en verano se quedaran ahí viviendo siempre. Que los días para ellos, sólo fuesen de verano. Y no porque yo lo quiera así. Ellos lo hacen así. 
Me acuerdo de una publicidad de movistar que se lanzó en verano (hará unos años) que decía que en verano te enamoras más, que las endorfinas de tu sistema se activan. Que llamas más por telefono, que tienes más tiempo libre...vamos que deberías conocer más gente. 
Y yo creo que lo hago, lo cumplo. Pero en septiembre todo vuelve al punto zero.  Y ya no sé, si es porque no tengo ganas de conocer(me) o de dejar que lo hagan o simplemente porque los otros se asustan al posible compromiso. 
De todas formas, yo no pierdo la esperanza de enamorarme en verano. No digo, que sea este o el que viene. Pero sé que algún verano estaré enamorada de verdad. Puede que tenga que irme de vacaciones a algún sitio donde no me conozcan, no se. Un amigo mío dice " que fuera (de tu ciudad) nos valoran más". Puede que sea verdad. A mi, creo que me funciona...o puede que sea cuestión de suerte, sólo.


Pero a mi, de las cosas que más me gustan de verano son todas esas canciones que se escriben y todos esos clips en los que sale la playa como protagonista. Y un montón de luces alrededor y de gente disfrutando y de otras entrelazando miradas. De noches mágicas y de mañanas mejores. De acordes de guitarra y luces de colores y de música de fondo. De sentirte lleno.



Foto: Puesta de sol en l'Albufera (Valencia). Agosto '10

lunes, 9 de agosto de 2010

la forma en que tu me miras

Te eché de menos.
Durante más de siete meses. 
Y ahora vienes y  me susurras, en un francés casi impronunciable "tu me manques".
Yo me derrito por el calor, por los rayos de sol que iluminan tu espalda, por que me compres un helado de leche merengada y se derrita en tu boca. Por que las olas del mar acaricien los dedos de mis pies.
Y les hagas fotos. Me hagas fotos corriendo por la playa, con el sombrero de rayas que me regalaste meses atrás. 
Después de hacerme tan feliz, casi como una niña. Me dices que te vas. 
Que "tu veux qu'il me aille avec toi à Marseille". Que ahí también venden faldas cortas y que hay pintauñas de mil colores diferentes. Que las chicas llevan vestidos de flores y que hay un faro blanco des del que se ve el mar más azul. 
Que me regalarás libros con historias de amor y un cuaderno en blanco para que yo pueda escribir la nuestra. 
Y entonces me vienen ganas de volar y sueño con no despertarme más. Pero tengo miedo que lo nuestro vuelva a acabar así...


Storia d´amore from NEWNEW by Fashion Tale on Vimeo.

jueves, 29 de julio de 2010

¿podrías soplarme bajito? (detrás de la oreja)

























































Sólo quiero decir que cada vez me gusto menos.  Por que odio desear un montón y no 
querer hacerlo mejor. Por que siempre imagino a gente que podía haber conocido y no lo he hecho.
Por que me doy cuenta de que voy en regresión. Se supone que creces y las cosas deben cambiar. Y que debes quererte más, tener más confianza y autocontrol en lo que de verdad quieres. Y todas esas cosas. 
Que debes de vencer esos miedos, que te impiden continuar.  Y en lugar de eso, solo hago que incrementarlos. Igual debería hablarlo con alguien. Intentar creer que lo puedo lograr y que esta vez voy a hacerlo, ya no suele ser suficiente. 


Ayer, me di cuenta, que cada vez me siento más vacía por dentro. Y no debería ser. Intento inventarme excusas para sentirme mejor. Pero no lo logro.  Con la excusa de la inseguridad y del miedo que provoca eso, sigo sentada en el mismo sillón que siempre. Sigo sintiéndome como si hubiese fracasado. 
Cómo si el mundo no estuviese hecho para mi.  Sigo siendo inconformista, pero una tonta inconformista. 
Tonta porque no hago nada y lo aclaro NADA para intentar cambiar un poco en mi. 
Y yo misma siempre sigo diciéndome " ojalá conociera a alguien que me hiciera cambiar de parecer, alguien que me ayudara a quererme un poco más, alguien que me de ese empujón que necesito, alguien a  quien le guste algo de mi" y entonces cuando me creo esto es cuando más perdida estoy.  Y lo peor de todo, es que cada día que pasa, sigo igual. 
No se, como dejar escapar todos estos sentimientos. Me siento prisionera en una jaula, en la que hubiesen tirado la llave al mar.  No se que hacer con mi vida, no se que hacer! y creo que si tirase el tiempo atrás y leyese lo que escribí el año pasado en este mismo momento, describiría la misma maldita situación sentimental. 

¿Cuando voy a aprender? ¿Cuando haré algo para cambiarlo todo?
Quiero volver al mes de febrero, quiero revivir mis mejores 4 meses. En los que, simplemente era yo. Y sabía lo que tenía que hacer. Y no estaba tan...perdida y asustada. 


foto: Memorial Victorio Emmanuelle (Ronma)- des de otra perspectiva. Abril '10

martes, 20 de julio de 2010

había constelaciones*

Creo que me enamoré de ti. Cuando me mirabas através de la mirilla del retrovisor. 
Cuando fuimos a comprar un helado y nos sentamos en el césped de aquel parque. Y en el banco de la acera de enfrente, había una pareja de ancianos que se miraban con ternura. 
El día que olvidaste las llaves en mi bolso, fue sólo una excusa más para pasar más tiempo juntos, lo sé.  Me acuerdo como movías la boca al decir que no querías soltar mi mano cuando paseábamos juntos. Cuando me mirabas y decías que te enamoró mi inocencia.
Lo supe, cuando me prometiste que este sería el verano más largo que viviríamos. Cuando me esperabas al salir del trabajo, bajabas la ventanilla del coche y me lanzabas un beso al aire. 
No se si te acordarás, que en nuestro calendario siempre había un día para las sorpresas. Y que los domingos decías que no podíamos enamorarnos más porque daba mala suerte. Viejas tradiciones. Los lunes volvía a empezar nuestra semana e inventábamos palabras absurdas para decir que todo saldría bien. 
Yo creo, que lo que nos falló es enamorarnos un domingo. Por no creer en tradiciones, la noche de un sábado dijiste "lo siento". Me cogiste de la mano y me susurraste "encontrarás a alguien que te bese el corazón".

viernes, 16 de julio de 2010

vueltas de la vida.

Te acuerdas cuando de pequeña me contabas historias y yo sólo quería ir con mama?
Te acuerdas cuando me enfadaba por que me aburría y luego salía a la calle y nadie me hacía caso?
De cuando ese día salí al balcón con un hilo blanco en la mano y me puse a cantar. Creo que no he hecho nada igual, nunca más!! Y cuando jugábamos a las cocinas en el piso de arriba...
Te acuerdas que cuando llegaba mi cumpleaños, te levantabas pronto e ibas a buscar flores, mojadas aún por el alba, y decorabas la mesa?
Yo me acuerdo de cuando bailábamos por el salón de casa. Y cuando tu cintura bailaba al subir las escaleras. De cuando me hicisteis ese columpio y pasaba horas ahí. 
De cuando me subía al árbol y no podía llegar más alto. De cuando nos enfadábamos tanto que tenía que salir corriendo de ahí y cerrar la puerta a portazos. Me acuerdo de los domingos comiendo paella. De como nos contabas los viajes, la ilusión que tenías, de como te arreglabas para ir a bailar y de los premios que ganabas. 
De todas las veces que tenías ilusión. Cuando nos dabas menta y "naranjina" del jardín y nos explicabas lo que había dicho por la tele, de lo buenas que eran...
Y aunque no te lo diga a menudo: Te quiero, un montón!


(1año de blog!: gracias!!)

martes, 6 de julio de 2010

Y te encuentro en cualquier bar pegando saltos de alegría.

Que N y M coincidieran en un bar pequeño y poco céntrico de Madrid.
 Fue una de muchas casualidades más. 
Que se separaran al cabo de unos meses, de intenso romance, fue un golpe de mala suerte. 
Y no porque, no se quisieran, no! 
Si no, porque el deber de M era lanzar su carrera hacia nuevos horizontes y N no podía o no quería seguirle. 
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Ahora, es verano en Madrid y en Barcelona.
A casi 16h de avión,  incluyendo dos transbordos en diferentes partes del mundo, tan opuestas como Nueva Zelanda y Caracas, es otoño. Su estación. Para M podríamos decir que ha pasado un año estacional. Para N han pasado 3meses sin él. Sin compartir colchón o caricias al despertarse. 
O helado de menta.
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Si estar enamorada, es ahogarse, entonces se tiraría al mar, con sólo verle sonreír de cerca.
El calor se mete entre su ropa y sus huesos.
Es un infierno.
Odia bajar a la piscina y ver parejitas besándose. 
Y el ruido que hacen los besos de los demás. 
Y la lujuria en sus pieles.
Y sus ganas....
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15ºC a la sombra en Caracas. 
Las chicas pasean con chaqueta, ya.
Algunas hojas yacen en el suelo. Color amarillo anaranjado.
Y entonces cierra los ojos fuerte. 
Y la ve. 
Con su vestido blanco, y la libreta roja que asoma en su bolso.
Y el montón de cartas y dibujos que le habrá hecho.
...el semáforo en verde.


Foto: Joan Gracia.