miércoles, 27 de octubre de 2010

Infinito*




Me llaman octubre, dice la canción. Y yo la escuchaba un montón de veces, por que quería hablar de él. Pero nunca encontraba las palabras, puede porque no sentía la canción, porque no había él. 
Y ahora no quiero olvidar, quiero convertir los días en febrero y escuchar todas esas canciones que hablan sobre todos los meses del año y compartirlos contigo. Tachar los días del calendario y ponerle anotaciones a mi agenda. Quiero que te enfades un poco cuando te digo lo guapo que es mi profesor y que nos inventemos un lugar donde poder ir a gritar. Que me lleves por toda esa geografía de caminos que no conozco y que la noche nos acompañe y que me des besos y la luna se refleje en nuestra cara y que cerremos los ojos. 
Quizá tendríamos que escribir nuestras iniciales en un árbol y que volviésemos dentro de unos años juntos o separados y nos acordáramos de todo lo que viviremos. Tendríamos que hacernos fotos sonriendo y mirándonos a través del cristal de las gafas de sol y escribirnos historias, mentiras, verdades y jugar a adivinar lo que de verdad nos pasa, a adivinar las cosas que nos gustan y nos gustarán. Y meterlo todo en una botella de vidrio verde y lanzarlo al mar y esperar que alguien lo encuentre y se sienta feliz. O ponerlo en un baúl y enterrarlo en un bosque, en un punto que sepamos encontrar. Dibujar un mapa, por si acaso. Con un punto rojo en el que pueda leerse "tesoro". 
Y grabar un cd con canciones indies. Y bailar sin pista de baile y acariciarme despacio. Asistir a conciertos y no esperar nada...más. Sólo tú (y yo).

lunes, 18 de octubre de 2010


Nina cree que las cosas siempre pasan por algo. Que su historia en el aeropuerto de "vuelo cancelado" en Milán, serviría para algo.  Puede que Clément sólo formara parte de otra parte del tiempo.
Pero lo más importante de ella, es que cuando encuentra algo, lo quiere (a veces sólo lo intenta). Y eso a veces, puede ser muy bueno y otras no tanto. Le tiene miedo al amor. Mucho. A todo lo que tiene que venir, a todo lo que puede pasar y sobretodo a lo que no puede pasar.
Aunque hace tiempo que quiere arriesgarse. Quiere poder tocar algún día el cielo de esa manera que cuenta en los libros o que alguien haga una campaña publicitaria con su imagen dormida.
Si tuviese que elegir un día sería un sábado noche, una estación verano con mar, un color verde esperanza, un verbo reír, escogería un cielo con luna llena y estrellado y una manta de lana con colores para ver mucho cine en casa. Escogería tener suerte y valentía, perderse para ser encontrada. Un amanecer bonito a tu (su) lado para hacerle mil fotografías cuando los colores se funden, cuando ves perfectamente la linea del horizonte, cuando crees que puedes tocarla. Y cuando en realidad lo que te encantaría tocar son sus ojos y darle un beso a escondidas...o sin esconder. Por que le gustan las caricias, en el cuello mejor. Los susurros, (hace poco leyó en un libro lo bueno que era decir las cosas susurrando), las respiraciones entrecortadas. Sentir que no habrá reproches, que seguirás siendo tu. Que las noches se harán infinitas, eternas, memorables. Y pasar un día de playa en invierno. Y pasear allá donde no puedan reconocerla, dónde no importen los demás, donde todo esté en calma. La nieve, los bufandas, sonreír, saltar, tocar, soñar...(te)(le). Hacer pasteles, mancharnos sin querer. Encender una hoguera y contar historias, que huela a mandarinas. Decirte que colecciono instantes, que me encanta el olor de un libro nuevo. Poderle cambiar la letra a las canciones.
Pero cuidado, porque si todo esto se cumple puede acabar irremediablemente enamorada, en demasiado poco tiempo...



foto: Istambul.

lunes, 11 de octubre de 2010

Tú no mueres de amor

Capítulo 1
Mira voy a decirte una cosa. Puede que los días sin ti sean precipicios y que mataría monstruos por ti y momentos si hiciera falta. Que te escribiría canciones y te las cantaría mientras tu me miras y yo me hago la dura y por dentro me derrito. 
Puede que deba confesarte que los aeropuertos siempre me han parecido un lugar fascinante para conocer gente, pero que odiara cuando los vuelos se cancelaban. Tener que esperar siempre me ha parecido aburrido pero conocerte a ti y hablar contigo fue una de esas experiencias extra orbitales que no se si nunca voy a volver a sentir (en un aeropuerto claro). Puede que deba explicarte el calambre energético que sentí cuando tu mano rozó la mía sin querer y cuando me pediste si el asiento de mi lado estaba ocupado, y yo con una sonrisa de tonta dije que no. Tengo que reconocer que siempre voy a echar de menos aquél viernes noche. El olor de tu colonia, el disimulo con que me mirabas y la forma en que yo hacía ver que no me daba cuenta. Quiero decirte que esperaba que me invitaras a tomar algo, para hacer la espera más llevadera. Y me cuentas que hoy vamos a tener suerte, que esto te ha pasado más de una vez, no lo de conocer chicas en aeropuertos matizas. Aunque dices que te alegras de haberme encontrado o eso creo yo ,que vienes a decir. Entonces por el telefonillo nos convocan a todos en la puerta 50 de embarque y nos dicen que nos proporcionan hotel y tu me coges de la mano y dices "¿lo ves?" y yo me alegro por todo. 
Miro el móvil, las doce menos diez y diez llamadas del mismo número. ¡Qué impaciente es Clément!
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Salimos a fuera. El aire por mi pelo, sabes lo que siento. Veo la salida, porque se que me miras. Dime esa palabra que tus ojos cantan. Creo que se nos para el tiempo...dentro de un momento este instante será sólo un recuerdo. 




(en cursiva: canciones de LOL y Facto Delafé y las flores azules)