lunes, 18 de abril de 2016

Hydra'15
Eres como una canción. 
Cierro los ojos y tarareo cualquier melodía. Y ahí estás tú. Como si pudieras adivinar que la canto para ti. Como si estuviera escrita para ti. Para nosotros. 
Cierro los ojos y te veo. Te veo dándome la mano y corriendo. Corriendo muy lejos. Como si quisieras entrar en el videoclip de la canción. Que no es otra cosa que mi imaginación. Está en mi cabeza. Está ahí sonando.  Es aquella canción que no paraba de sonar en el cassette del coche cuando íbamos de viaje. Aquellas canciones de los setentas o de los ochenta no recuerdo bien. Sé que dijiste que no las conocías y te maldije por ello. Quisiste seducirme en francés, pero no recordabas ninguna  canción de amor.
Cierro los ojos y estás ahí bailando. Como si el mundo fuera tuyo, fuese nuestro. Como si bailando los males se viesen desde más lejos. Con aquella canción que ahora no recuerdo, pero que para ti era verano. Me empujaste hasta ti y empezamos juntos a bailar. No importaba el motivo por el que nos encontrábamos ahí. Sólo que estábamos.
Recuerdo que me miraste y moviste las caderas y aquella imagen se congeló. Recuerdo una fotografía y risas. Y luego recuerdo que dijiste eres como una canción y no supe si aquello era bueno.
Ahora cierro los ojos y está el mar y también el silencio. Están las cosas que hicimos juntos. Las canciones que descubrimos y las que aburrimos hasta la saciedad. Y en medio de todo ese océano, de espirales y luces estás tú.