lunes, 28 de febrero de 2011

reencuentro.

Entraste en mi de forma imprevista. Cuando dijiste que te gustaba el cine y leer por las noches supe que serías especial. Odiaba tu forma de decir, te "echo de menos", porque luego jugabas a ser mayor con ella. Hablábamos durante horas y tu me contabas las cosas que te gustaban de mi. La forma en que mis labios se movían o mi forma de reír. Cuando mis ojos se sorprendían por el contacto directo con los tuyos. Mientras, yo tenía esperanzas de que algún día, ella se iría y tu vendrías a mi. Pero cuando viniste, supe que no sería bueno...que nuestro juego pre-adolescente no funcionaría, que sólo podía hacerlo a través de una pantalla de ordenador o en la oscuridad de un cine. Que la vida real no funcionaba ni cómo en las canciones más tristes. Además, que es eso de decir que puedo estar con alguien mejor? eso no se dice, sobretodo cuando lo que quieres escuchar es lo contrario. No sabes, cuanta tensión había entre los dos, el martes en tu coche, tu mirada pidiéndome a gritos un beso y mi mano a dos cm de tocarte. Mi capacidad infinita de seducirte y llevarte a mi terreno y una voz interior gritando que no lo estaba haciendo bien. Que eso, no es lo que necesitamos. Que lo oportuno es esperar. Y que si quieres, ser parte de mi, deberás intentarlo. Que X, aún no se ha ido...y parece que ella, no estará muy contenta, tampoco.



mañana m voy a París!

jueves, 24 de febrero de 2011

Recurso para olvidar.


Un día Fede me contó como se hace para olvidar a las personas. Pero sólo a aquellas que en algún momento nos han rozado el corazón con la punta de los dedos y los labios con un beso. 
Yo le pregunté que cómo lo sabía. Y él dijo : "es de esas cosas que aprendes cuando te haces mayor. Igual que a amar". 
Él decía, que a parte de hacerlo, tenías que creerlo. Por que si no lo creías, nunca empezarías a olvidar. 
Yo le pregunté, si había querido mucho alguna vez. Entonces, me ofreció una coca-cola y me contó su secreto y supe que había querido tanto como para querer olvidar. 
------------------------------------------
El martes pasado, fui a a la playa. En el bolso llevaba un folio y un boli. Pedí una coca- cola, mirando al horizonte y entendiendo perfectamente cuales iban a ser las palabras precisas para empezar a olvidar(le). Cogí la botella verde vacía, y como hacen en las películas para encontrar el amor, yo decidí regalarle a alguien el placer de mi olvido. 
En mi nota decía " Si lo deseas de verdad, se hará realidad. Cómo con los sueños. Ahora, mi corazón dice, que todo tiene que acabarse. Y que siempre hay esperanza para los heridos. O debería. Así que, deseo que este olvido no vuelva nunca más a aparecer. 
Pd: y si tiene que volver que sea para hacerme feliz". Cerré los ojos muy fuerte, me puse la mano en el pecho y lancé la botella al mar. 
Nunca tuve la oportunidad de preguntarle a Fede, si logró olvidarla. 

martes, 15 de febrero de 2011

Y si, me desvanezco contigo. Mis piernas te siguen y mi cabeza está en otra parte. Me llevas fuera, al jardín. Con los 0ºC marcando en el termómetro de la entrada. Y mi abrigo azul marino colgando en la percha de la habitación. Quiero decirte que volvamos a dentro, que la fiesta está ahí. Y antes de que pueda decir nada, te acercas y pones tu dedo índice en mis labios y me obligas a seguirte de la mano, como si fuéramos amantes que tuviésemos que escondernos. Detrás una piscina privada y un columpio lleno de enredaderas. Dices que ahora, para que todo fuera perfecto debería cerrar los ojos y entonces me besarías y me abrazarías fuerte para que el frío se colara entre nosotros dos y se convirtiera en una corriente de hormonas y calor. Que así es como deben hacerlo en el polo norte los esquimales. Pero como sabes que es pronto, e Y, está dando vueltas por la fiesta. Sacas tu ipod, conectas los altavoces y me pides que te conceda un baile. Me pones tu chaqueta en los hombros y una flor en el pelo. Al azar, suena "come to me cold, come to me helpless" y me sorprendes, porque creía que los chicos como tú, no escuchaban estas canciones. Entonces me pierdo contigo y la música, con la brisa fría que acaricia mi cuello y con el vaho que empaña los cristales...

sábado, 5 de febrero de 2011


Creo que lo he entendido. No soportas ver como me beso con otros. Pues no hay más. Supongo que si no quisiste quererme bien, es lo único que puedes esperar de mi. Que si me dejaste por otra o por tu orgullo de creer que no me harías feliz o que no eras suficiente para mi, ya no sirve. 
No quiero que vengas a decirme, que ese no me conviene o que le conoces bien y no es lo que busco. No me importa, no son tu. Y tú no estás aquí, ya. 
No quiero que me envies más, esos mensajes que dicen que tus labios se perderían en mi espalda. No lo digas. No quiero que me busques en la multitud de la fiesta y que me sigas al baño, que aunque creas que lo hace disimuladamente, no funciona. No dejes a tu cita, por mi. No me digas que me escape contigo. Que hace dos meses que no me besas y lo echas de menos. Sabes que no puedes echarme de menos. Tu te fuiste. Que no quiero que funcione, el "te acompaño a casa". 
No quiero que mis amigos me presenten a todos los tios disponibles de la ciudad, para que nos olvidemos. Que no quiero escaparme de todos los lugares en los que coincidimos y escribir todas estas historias sobre ti. Trato de convencerte. A veces, quisiera poder tener un boli rojo y corregir esos errores que hemos cometido. Y otro, azul para pintarnos en otra situación. Pero no hay otra situación, ni siquiera tengo alguna solución. Sólo, que me encanta que sientas celos. Y que me mires con esa cara de niño bueno, deseando que la mano de X no se aproxime tanto a mi. Y por un segundo poder cambiarte por él.