viernes, 31 de diciembre de 2010

Breve.

La otra noche soñé contigo.
No sé por qué.
Me cogías de la mano y decías que esto iba a arder.
Y no sé, si era por la fiebre que mi cama se movía o porque tú decías que esto iba a ser un incendio sin control.
Me dijiste que volarías a mi lado y que cuando temblase de frío (o de miedo) me apretarías la mano más fuerte y así podrías transmitirme tu calor. Bonita forma de curarse-pensé. 
Luego, creo que me desperté y te vi, ahí acurrucado en tu lado de la cama, respirando silenciosamente, con los calcetines de colores que te regalé y con un ojo cerrado y el otro entreabierto. 
Iba a darte un beso de buenas noches, pero tu cogiste mi mano y dijiste muy flojito "vuelve a dormirte". Y me hubiese quedado, toda la vida soñando, así. 
Te hice caso y desee más que nada en el mundo que justamente un segundo después, con cambio de año incluido, siguieras estando ahí. 

FELIZ 2011!!!
(que este año sea mucho más especial que el anterior)


pd: realmente si estoy ardiendo de fiebre. Tener anginas para fin de año, es realmente frustrante. 

martes, 21 de diciembre de 2010

Sabes ¿qué? no me importa si no tenemos nada en común. Muchísimo mejor por que así, si me dejas no voy a recordarte por todo aquello que me gusta. Así será mucho más fácil olvidarte. Mejor que no tengamos ningún sitio que sea nuestro, mejor que siempre nos encontremos en distintos puntos de la ciudad, mejor que nuestra cafetería sea todas aquellas que podamos encontrar y sean cotidianas para los dos. Que te guste el café tanto como a mí y que no tengas los mismos sitios pendientes para ir que yo. Mejor que no hagas listas de cosas que quieres hacer conmigo y si las haces, mejor que no me lo cuentes. Que no me escribas cada día mensajes cortos diciéndome que me echas de menos, eso no existe. No puedes. No vuelvas a decirme que soy la mitad que andabas buscando. Mejor lo dejamos para cuando nos aprendamos la carretera de nuestros huesos. Para cuando la tortura de la soledad que sentía ya no exista más. Para cuando no hayamos encontrado ni un sólo grupo de música en común. Para cuando me digas que te gustan los gatos y compruebes lo irremediablemente alérgica que soy a ellos. Que te gusta la Navidad y lo tierno que te pones cuando llega enero y te cuento lo bien que me lo paso yo en verano y como me gusta ver pasear a los chicos sin camiseta por la playa. Y que me encanta cantar en la ducha e inventarme las letras de canciones y lo mucho que odias tu la gente que lo hace. Y reinventar personajes para que no puedas descubrirme. Decirme que tienes miedo a volar y que nunca has pisado un aeropuerto pero que te encantan las despedidas en las estaciones de autobuses (que melancólico). Cuando me digas que no te gusta conducir y que odias la noche. Y que prefieres un beso en la frente antes que una sonrisa (lo cual no voy a entender nunca) .
-Y seguiré diciendo que tú y yo no podemos tener nada en común. ¿qué no es tan difícil no?

Más fotos del autor aquí 

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ha pasado algún tiempo, ya.

Ella siempre había tenido facilidad para eso de escribir. Ahora que se acercaba el final del año y le tocaba hacer balance (porque ella quería) no sabía como expresar tantas ideas en un solo párrafo. Un intento: 
"La he visto leyendo el periódico. Sentada en la mesa con un café caliente y leche semi en la otra mano. La he visto independizarse. Cocinar para tres. Ordenar el piso. Reconocer Barcelona por su olor y ver la Sagrada Familia con montones de capas de nieve y no inmortalizar ese momento. Hacer cenas y disfrutar hasta las nueve de la mañana sin resaca y con una sonrisa en la boca, la he visto salir con chicos guapos y ampliar la agenda de contactos en facebook. Con sus amigos, llorar viendo la televisión o cualquier película de amor. Añorar que le ha perdido o que se ha ido. La he visto disfrutar de los mejores directos en Barcelona o Madrid. Recordar que aún sabe hablar bien inglés y que el francés no lo tenía tan olvidado como pensaba. Que ha contado otra vez con la gente. Que ha conocido a personas que la entienden. Ha perdido su primer vuelo y ha compartido historias con la mirada en un ascensor y desayuno con el chico de la camisa de cuadros. Ha bailado desenfrenadamente y ha hecho suya la noche. Ha sabido entrelazar palabras y a sentido más en poco tiempo que en mucho atrás. Ha seguido estudiando y trabajando y aprendiendo. Se ha seguido sonrojando y en algunas ocasiones su corazón ha bombeado más fuerte que nunca. Ha acariciado y la han acariciado y ha recibido abrazos especiales.Ha notado el tacto de su piel erizarse y desolación y odio y muchas ganas, a la vez. No la he visto enamorarse ni a cuatro metros sobre el cielo. Ha cantado muchas canciones de amor desesperado y algunas se las ha inventado, algunas tal vez, cuentan su historia. "
Lo que está claro, es que aún tiene muchas cosas pendientes. Entre ellas, hacer un interrail con D (y quien más quiera, claro), comer nubes con chocolate caliente, tener una noche con cielo estrellado y estrellas fugaces con explicación, tener muchas más tardes de domingo libres y poder ver más pelis en el sofá. Hacer escapadas románticas y dar y recibir muchos besos. Volver a Madrid en Navidad y pasear debajo de miles de luces de colores, bien abrigada.


Las canciones de su año :aquí
Idea original: aquí 

viernes, 3 de diciembre de 2010

no tengo tiempo para ser sólo un recuerdo*


No tengo la fórmula mágica para ser feliz. 
Cuando lo eres lo sabes y todo lo que tienes a tu alrededor no te importa. Le deseas a todos que les vaya bien y les cuentas que tu saltarías todos los charcos del mundo con una sonrisa enorme. 
Pero cuando tienes algo y te lo quitan de las manos, como un caramelo, entonces tu mundo empieza a tambalearse y ya no quieres que los demás te digan lo felices que son, porque quisieras que a los demás les pasara lo mismo que a ti. 
Yo quería estar con él. Porque cuando lo estaba mi mundo tenía otro color. Porque prometimos dejarnos a los veintinueve y  medio y para eso aún faltan años. Dijimos que contaríamos estrellas y que veríamos más amaneceres juntos. Que un día cogerías una cámara de fotos y nos perderíamos haciendo miles de ellas. Que  pasaríamos un fin de semana cogidos de la mano y que no la soltarías, que este puente vendrías a hacerme compañía, que las noches son muy largas y oscuras. Te gustaba tocarme el flequillo y despeinarme y hacerme cosquillas. La luna en mi ombligo y tu besándome, esa era la estampa perfecta que quiero recordar, cuando me faltas. Cuando no estás porque te has ido. Yo quería leerte fragmentos de aquel libro que tanto me gusta e ir al cine y ver la película y recordarme que esto que me pasa contigo es bueno. Nuestros cinco minutos después de clase y las horas en el coche recordándonos que estamos bien y que te gusto, que de verdad te importo, que te preocupas por mi. Mirarnos a los ojos e intimidarnos. Hacernos mimitos cariñosos y muchos besos y que digas que tienes ganas de morderme locamente. Tus mensajes de buenas noches y el " Bon dia princesa" y los "carinyo" sin querer. 
¿Sabes? creo que me merecía una despedida, si pensabas irte sin avisar, al menos. O una explicación al porque de todo esto. Al porque te importaba y un día te levantas y decides que ya no. Necesitaba oír tu voz y pensar que todo esto tiene algún sentido. Que ya no seremos más dos, porque tu has roto con esto. 
Y ahora yo me siento a esperar, esperar si algún día tu querrás mi ayuda, si algún día volveré a oír tu voz, tus palabras.
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Y ahora quien vuelve a contar estrellas que no brillarán, si tú no cuentas conmigo, si no quieres soñar, ahora ya puedes olvidar...
Pensar que lo que fue ya nunca volverá y lo que vendrá viene tan despacio. Que aquello tan grande, se volvió pequeño.