sábado, 11 de julio de 2015

Sola

"Se me ha gastado el amor de tanto usarlo."
Eso leí hace un tiempo, ahora no recuerdo dónde. Tampoco sé si es de algún escritor famoso o de algún tipo anónimo. Entonces, no lo entendí. 
Ahora esta frase ha vuelto a mi, como un boomerang. 
Y me pregunto yo: ¿ Se gasta el amor? ¿Cómo puede gastarse algo que ni tan siquiera puede tocarse? Algo que no puedes ponerte encima porque si. Está claro que gramaticalmente la frase no tiene por dónde cogerse. Pero, y emocionalmente? 
******************
Yo te he querido como nunca creí que se podía querer. Te he escrito cien versos de amor y alguna canción desesperada, también. Te he visto dormido y despierto. Hemos compartido cojín y también juegos. Hemos hecho el amor. Hemos celebrado juntos y por separado. Siempre creí que serías tú la persona con la que superaría cualquier obstáculo que el mundo me pusiera o que tal vez yo misma creara. No tardé más que casi dos meses a declararte mi amor. Tampoco tardé mucho más en vernos con niños a nuestro alrededor. No tenía ni que imaginarme que serían tuyos. 
*******************

Ahora, creo que se me han gastado las fantasías. Ahora creo que me he dado de bruces con el mundo real. Y ahora, creo que no me gusta. Ahora me pregunto que qué debo hacer con mi vida. Si optar por la vía segura y tranquila a tu lado o abandonar esta nave e ir hacia otra dirección. ¿Cómo puedo encontrar la respuesta? Antes creía que el amor todo lo curaba. Qué también curaría mis manías, mis ganas de huidas, mis días malos y qué todo se haría fácil. 
Pero a todos, o a mí, nos gustan las complicaciones. Nos gustan que las cosas se nos compliquen y disfrutamos con lo que no tenemos, con lo (in)alcanzable. ¿Por qué? 

********************

Me equivoqué. 
Y ahora no se cómo (vamos a) solucionarlo.

A veces, pienso cosas que no debería.