viernes, 27 de mayo de 2011

jueves

Ahora no sé si debo sentirme feliz por haberte encontrado o angustiada por el miedo a poder equivocarnos. Sabes? Nos conocimos y no sentí ninguna atracción por ti. Y luego dijiste aquello que me removió por dentro y me propuse que tu tenías que fijarte en mi. Si como una meta. Que lo nuestro tenía que ser, que tenía que pasar. Y ahora, estamos envueltos en un espiral de emoción, de éxtasis, de pasión, de sudor...Lo que más me gusta es cuando me suspiras al oído y cuando me llamas y no te encuentro y es que sólo tengo que mirar en la dirección correcta, dices. Vimos aquella película a la vez, la que hablaba de amor. Y cómo el personaje, te propuse que me sedujeras y dijiste que aquello sería lo más bonito. Dices que te falta el aire cuando piensas en mi y yo no puedo pasar ni una noche sin pensar en ti. En tu habitación, en tu cama, en los dos, abrazados. Mirar películas a tu lado y cogernos de la mano y darnos besos suaves. Y saber que tenemos todo el piso para nosotros y no pensar en el mañana. 
Qué que más da el mañana. Y que más da el pasado. Lo importante es que ahora me alegro un montón que no tengamos un montón de cosas en común, porque así todo viene con más ganas. 

Entonces es cuando me acuerdo más de Fede. Porque eso de tirar esa botella al mar, de olvidar recuerdos tuvo que surgir efecto. Por que ahora está él, y todo parece tener un nuevo comienzo. Fede siempre me decía al oído que "las cosas que tengan que ser serán". 

Rumer-do you know the way-live in holland from ahpcs on Vimeo.

viernes, 13 de mayo de 2011

Diagnóstico Vol.1

Clicad en la foto para ver más.

Aquel concierto, entre tanta gente, tanta multitud. Un grito desesperado de una fan, antes del espectáculo. La prueba de luces, las miradas cruzándose. La gente buscándose. El móvil en la mano, parpadeando. Un mensaje, luego otro. Una llamada intercalada. Me gustan los conciertos porque siempre esperas encontrarte a alguien. Las casualidades, suelen ser lo mejor del dia, aunque sean premeditadas.  No hay mejor lugar para conocer a alguien, dicen. No hay mejor forma de conocer a alguien, creo. Tu mensaje dice, mira tu reloj, justo en frente del escenario, parte izquierda, a las tres menos cuarto.  Cada vez hay más gente, gente rozándote, codo con codo. Las pruebas de sonido están llegando a su fin. Menos de un minuto para el concierto. La piel se te eriza, no se si será por el frío o por la locura de no vernos. Me giro, detrás ellos. Una cerveza, otra y dos más. Euforia.  Luego una calle vacía, tu mano en mi cintura. Te deslizas, te dejas llevar. Cierras los ojos y no dejas que esto vaya a más, aunque por dentro tus hormonas trabajan más rápido, hay más adrenalina. Tienes que parar. Lo sabes. Se lo dices. Las cosas no pueden funcionar así. No puedes volver a los dieciocho. Demasiadas calles desde entonces, situaciones. Demasiado miedo. Cinco letras que dicen tanto de alguien. De ti. Así que le coges la mano, fuerte y  le susurras algo (voy a regalarte besos lentos), o le tocas justo ahí donde le has descubierto y haces que todo vuelva a su sitio.
Es la una. Empieza el concierto. Silencio. 

viernes, 6 de mayo de 2011

Muelle del puerto de SS. Abril'11
Ayer, paseando por el muelle, tu ibas delante y yo me inventaba mil formas de cruzarme contigo, sin que se notase. No sé, que debió pasar para que me sonrieras; tal vez, el brillo de mis ojos color azul mar, o el sol en mis mejillas y el rojo de tus labios. Quizá fue el señor del chiringuito que quería inmortalizar momentos y nos pidió salir en su foto. La forma en cómo nos dijo que debíamos cogernos para parecer uno. Cómo tu brazo tenía que redondear mi cintura y cómo tu boca tenía que hablarme a la oreja. Todo tenía que parecer un susurro. Los niños corrían con globos de colores a nuestro alrededor. El viento se posaba en mi sonrisa y el leve vuelo de mi cabello oscuro se posaba detrás de mis orejas. Tú sólo tenías que hablarme sin decir nada, cómo tan bien se te daba. Rozarme con tus dedos la espalda, justo donde empezaba mi falda. El señor dijo " a la de tres" y entonces nos transformamos en alguien que no éramos. Nos regaló una polaroid y nosotros le compramos algodón de azúcar de color blanco. (Tú siempre decías que yo me hacía la estrecha y yo siempre me sonrojaba porque decía que las cosas importantes han de hacerse esperar y que si esperabas era porque realmente te importaba.) El sol empezaba a ponerse, nos sentamos en el borde y nos descalzamos, la brisa marina quería envolvernos...empezaba el verano