miércoles, 28 de septiembre de 2011

Haz lo que sientas, haz lo que quieras...

Sitges
Te duelo. Esto nos está sobrepasando. 
Hablamos y hablamos sobre lo de ser amigos y ya está. Y lo intentaríamos y nunca resultaría. 
Te morirías por dentro sin poder abrazarme dices. Y la premisa principal a todo esto de ser amigos, es sobretodo sin abrazos. Y que no podamos contarnos nada acerca de nuevas amistades de sexo opuesto o sobre cenas en otros pisos. Luego la rabia se apodera de nosotros. Los dos sabemos que lo mejor sería eso, ser sólo compañeros. Pero quién quiere arriesgarse primero? ¿Quién quiere dejar de sentir en los abrazos y los besos? ¿Quién quiere dejar de pensar en nosotros hoy? En que pasaría si mañana nos levantáramos y decidiéramos borrar el número del otro o bloquearnos en facebook. ¿Dónde quedarían los sábados en la cama, las piscinas con burbujas, las duchas compartidas, las fantasías...?
Quiero tenerte aquí y ahora. Odio tener la sensación de equivocarme cuando estamos separados y que el tiempo se detenga cuando quedamos. Hacerme la dura contigo y mostrarme distante para que las cosas no se descontrolen, pero no podemos evitarlo. La línea invisible que nos separa es mucho más fuerte.
Yo juego con las palabras y los dos con los sentimientos. No se si podremos escaparnos. Y cuánto nos va a costar esto, cuánto nos va a doler. 
Lo que sé, es que ahora quiero hacerlo, quiero equivocarme más veces, más si es contigo. Que esto es como un vicio que no queremos dejar. Algún día encontraremos el antídoto que nos alejara. Y eso me da más miedo que toda esta montaña rusa de corazones. Que mi período de prueba de separarnos me hizo desear más lejos, escucharte en las canciones de la radio y compararte con los otros.  Y esto es mucho peor que desearte cerca y creer que de momento podemos seguir siendo dos valientes que seguirán saltando por las ventanas. ¡Agrrr...!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Para los que no se cansan de pedalear.

Cambrils
Mi corazón y yo seguimos sin entendernos. O puede ser, que no nos entiendan. 
El día que mi corazón se encuentre con algún otro y se entienda, el universo dejará de ser infinito y las noches serán más reversibles que nunca. Llegaremos a 1999 gritando de emoción y dejaremos marcado el año en el que nacimos, los dos. 
Mientras tanto, he llegado a la conclusión que con los parches que lleva encima, por un tiempo es más que suficiente. Si hay algún corazón desconsolado o ardiente de nuevas emociones esperando encontrar(me) que de el primer paso, que yo ya daré el segundo si es necesario. Pero aviso importante para marineros y pilotos "no quiero encender las luces ni el frenado de emergencia", así que con precaución amigo conductor. Que a mi corta edad no quiero volver a hacer de tripas corazón. 


Esto ya es septiembre( en estado puro)

martes, 6 de septiembre de 2011


De la magia que había en esas palabras y la ilusión en nuestros besos. De cómo me cogías de la mano y yo por dentro me sonrojaba. Me acuerdo bien de todas aquellas miradas que se perdían entre los dos y aquellas sonrisas galácticas que nos envolvían. De todo lo que sentíamos al comienzo y cuando todo tenía que funcionar. De lo seguros que estábamos al principio, una seguridad camuflada por incertidumbre. De las tardes en aquel bar y de nuestro "meeting point" (como si estuviésemos en Berlín).  De aquellos bailes que nos prometimos y del francés que dejé olvidado en aquella playa.
Me acuerdo bien de aquellas noches que no queríamos que terminaran. De jugar hasta casi el amanecer y de la hora exacta en la que el camión de basura nos acompañaba desde la ventana de un noveno. De las fotos que no llegamos a hacer desde ahí. De la música que se quedó. Que se ha quedado. 
Me acuerdo de las cartas que te he escrito, des de que aún éramos invierno. Des de que éramos frío y no con manta y peli. De las que hemos visto alguna vez en el cine. De la cotidianidad que me hace recordar que ahora he tenido que inventarme un vocabulario (imprevisto) para poder canalizar todas aquellas cosas que pienso contarte. Todo aquello que me alegra y me rompe por dentro. De las cosas que me gustaría escucharte decir, ahora o once meses después, no sé. Del "no puedo dejar de respirarte". Y sigues estando aquí. "No quiero verte todavía" e irme sin despedirnos. Imaginar que dentro de esos once meses cuando a los dos nos reviente el pecho de alegría, podamos mirarnos a la cara y sigamos sintiendo que no sirvió de nada escapar.
...Y recordar que fui yo la que escribió que septiembre lo cambiaría todo. Verso acabado.
(no sé porque ahora que debería dejarte ir, quiero escribirte más que nunca)