domingo, 22 de diciembre de 2013

De vuelta a ti


Yo andaba sin buscarte y te encontré, algo así rezaba Cortázar. 
Este año he tenido mucho tiempo para pensar en lo nuestro, en nuestro futuro, en que debemos hacer; sobretodo que debo hacer con mi vida. 
He tenido tiempo para cambiar de opinión unas diez veces al mes, de estar segura de querer una cosa y descartarla al día siguiente. He pasado de querer irme a toda costa de este país que me ahoga, de este trabajo que no me deja progresar y que cada día que pasa me doy cuenta que sé menos cosas y que por la ineptitud de los que nos contratan nos degradan y nos hacen sentirnos inútiles pero eso sí calladitos, a querer quedarme e intentar luchar por algo. 
Este algo vendría a ser lo nuestro. Porque yo sinceramente no te quiero aquí a tres horas de avión, que me parecen muy bonitas las despedidas en los aeropuertos y muy de película, pero muy tristes, muy valientes pero innecesarias. No nos quiero en la distancia, ni hablando por la pantalla del ordenador los días que podamos, ni sufriendo sin ti. Que no quiero perder nuestro abrazos al entrar en casa, ni el calor que se desprende de nuestros besos, ver tus ojos iluminados y decirnos esas tonterías con las que nos convertimos en niños otra vez. 
Tal vez, otros no lo entiendan, pero todos tenemos que renunciar a algo en la vida. Los que se van también renuncian, y aunque en parte los envidio, prefiero no envidiar no tenerte más. Quizá unos piensen que me estoy equivocando y puede que yo haya días que también lo piense, pero ahora he tomado una decisión y además nunca se es demasiado mayor para irse a vivir a otro sitio. 
Y viendo llegar este año que ya está a punto de empezar, grandes planes nos acechan. Y eso es (casi) lo único que le pido al nuevo año, que continuemos dándonos abrazos de esquimal, que continuemos cuidándonos cuando estemos resfriados, que nos resguardemos del frío, arriesgándonos y que estemos llenos de amor al menos todo un año más

"No te rindas, 
por favor no cedas, 
aunque el frío queme 
aunque el miedo muerda"
M. Benedetti

martes, 10 de diciembre de 2013

A.mar(te)

Priorat'13
Mario Benedetti dijo: "Escribir es una forma de hacer el amor con la palabra y con la palabra contar historias de amor, otros amores."  Tú has convertido esas palabras en amor y ahora no sé como contar historias. Ahora ya no puedo diferenciar entre tú y las palabras, ya no puedo describir que se siente ni hacer(te) el amor con adjetivos. Tengo el corazón ausente desde que lo descubrí. He probado de llenarlo de tiritas de colores para animarlo, he probado hasta con la poesía, pero ni siquiera has podido convertirte en mi musa. No sé como hemos llegado hasta aquí. Ahora todo es como un mosaico, lleno de trozos difuminados, como la nevera de mi casa, llena de imanes pegados a una superficie.
Dame besos lentos que pueda convertir en historias de amor, imaginemos que estamos los dos frente a frente, que quiero recorrerte con la punta de mis dedos, cogerte la mano y hacer el amor con las palabras que no nos decimos. Llenar el jarrón de sueños y esparcirlos por todo el salón. Construir un mundo que sea nuestro con palabras de amor, dibujarlas en la pared para poder leerlas cuando nos falten. Conviértete en mi Mario particular, muérdeme a versos de amor, de ese que nunca pueden desaparecer, de esos que vamos a encerrar en las palabras y que guardaremos para siempre.


"Si el amor, como todo, es cuestión de palabras, 
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma."
Mario Benedetti

jueves, 7 de noviembre de 2013

Nuestros jóvenes años


Cierro los ojos y es fin de semana. Fin de semana de esos que compartimos juntos. Fin de semana de esos que se hacen infinitos a tu lado, de los de parar el tiempo y no dejar de respirarte. Puede que también de reñirte un poco o de hacerme la pesada. Es de naturaleza, ya sabes. 
Fin de semana de esos en los que hacemos muchos planes y casi nunca cumplimos. De los de levantarnos a las doce de la mañana, con los rayos de sol pintando nuestras caras, con las sábanas enganchadas a la piel y con kilómetros de sueños pegados a nuestra espalda. Sábados que son domingos y domingos que vuelven a ser sábados otra vez. De los de ningún plan, de ningún cumpleaños a la vista o ninguna cena con los amigos. De los de decidir a las cinco de la tarde de salir porque a fuera ya empieza a hacerse oscuro, lo malo del cambio de estación, y dentro el aburrimiento nos invade. Mi ciudad es pequeña, siempre a punto para un paseo por el centro o para tomarte un café en sus calles adyacentes, fuera ya del bullicio terrible de la gente un sábado por la tarde, día obligatorio, parece ser, de compras.  Sábados en los que dejarse llevar suena demasiado bien y jugar al azar de encontrarnos con alguien que hace tiempo que no vemos y acabar tomándonos algo juntos es el mejor plan. 
Lo ideal y mejor aún sería fin de semana trabajando y encontrarte por la noche en casa, con la cena en la mente o en la mesa y salir a celebrar que aún estamos vivos y contentos. 
Vuelvo a cerrar los ojos, pero a veces, al abrirlos la realidad me azota en la cara. Es jueves, no estás aquí, y no hay trabajo. A esto se le llama rutina o "día a día".  O sentir como se gastan los años, a veces, siempre esperando.
Si eso, por la noche, abrázame. 


sábado, 12 de octubre de 2013

Salitre


Siempre disfrazamos las palabras. 
Somos maestros. Nos encanta. Parece que tal y como son nos saben a poco. Les damos adjetivos según nos conviene.  Es curioso, a veces, como una misma palabra pasa por diferentes estados emocionales, igual que nosotros. Se muda. 
Para hablar de amor inventamos incluso palabras. Las adaptamos de otros idiomas si es necesario y las hacemos nuestras, como si fuéramos la primera persona en el mundo que las utiliza y que es capaz de hacerlo. Suenan a poesía en nuestros paladares y también en nuestros oídos, son como entonar cantos celestiales. Parece ser, que si estamos enamorados y nos las utilizamos somos como de otra especie, insulsos, parece que la sangre no bombee nuestro tierno corazón. Somos como barcos a la deriva. 
En cambio, si algo no nos gusta o si nos hieren transformamos todo ese universo de color palabreril y lo pintamos de negro, de odio. Somos mezquinos, nos volvemos malos. Somos capaces, otra vez, de cambiar nuestro diccionario amoroso por uno más turbio, donde los adjetivos ya no sean pastelosos. Aquí también cogemos prestados nombres de otras lenguas, nombres que suenan a fuerte, tal vez no estamos seguros de su significado pero nos da igual. La idea es que el otro tampoco lo entienda y con eso ya somos un poco más felices. 
Si somos propicios a escribir y crear, siempre podremos componer una canción y dedicarla. Tal vez, nos hagamos famosos con ella. El amor y el dolor siempre contagian, siempre son identificativos, son universales. Y cuántos más adjetivos haya, más no gustan. Somos una especie llena de costumbres, fáciles de absorber y de convencer...y eso que se las lleva el viento-dicen. 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Luces de otoño. Septiembre

Canillo.Andorra '13
No sé como hemos hecho para que el verano se haya escurrido entre los dedos. Este verano ha sido raro, ni siquiera he podido saborearlo como es debido. Ni siquiera recuerdo los días de playa porque casi no han existido, ni la luna desde tu ventana o las noches de estrella. Ni el amarillo de los días, encerrada entre las paredes de ese trabajo que me detesta en invierno y me seduce en verano, justo cuando debería estar descansando de un año agotador, pero no. No sé que le han pasado a los días de piscina y azul. Verde ven a mí. A las fotos de recuerdo de vacaciones, no sé que le ha pasado a mi móvil que no se ha acordado de retratarnos de viaje. Tal vez, es que no hemos tenido ocasión de viajar más allá de nuestra mente. De planificar para el año que viene. La parte positiva a lo negativo es que hemos podido compartir nuestro amor de más de cerca, te he visto bailar encima de un escenario y sentirme orgullosa por ello. Me he reencontrado con amigas que viven en paraísos lejanos. Hemos compartido días de cine y hemos culturizado nuestra visión y nuestra mente. He visto el verde de tus ojos brillar dentro de tu pequeño país. 
Tal vez, no haya podido disfrutar del verano en otras ciudades, ni perderme entre la multitud de una gran ciudad asfaltada o ver el mar desde mi ventana y sentirme libre. Pero he podido tenerte entre mis brazos más de sesenta días seguidos, es como si mi verano hayas sido tú. Y toda la gente con la que lo he compartido. Aquí, en mi ciudad. En esta pequeña ciudad (de la que a veces quiero escapar). 

Y ahora vuelven las rutinas, las rutinas que deberé inventar, que deberé buscar con una paciencia incansable, con esa esperanza que caracteriza a todos los que no dejan de buscar...Dejen paso al baile de colores y preocupación, a la reinvención de nosotros mismos o a la agonía de que no falte tanto para el invierno y el azul del frío.

martes, 27 de agosto de 2013

Memorias infantiles


Te recuerdo dando saltos por la playa, pidiéndome la mano para acompañarte despacio hacia el agua. Primero los dedos delicados hundiéndose en la arena mojada, luego tus pequeñas piernas y dos minutos más tarde y tan sólo se desdibujaba tu nariz por encima. Tus ojos almendrados sonriendo. Pidiendo que no me soltara. Y entraba poco a poco para complacerte, y porque el agua de mar es lo mejor del mundo para curar todas las heridas; hacia frío pero nos reíamos y jugábamos como dos personillas pequeñas. Como dos jóvenes que han aprendido a quererse en algún momento que ya no recordamos. Me subo a tus rodillas y dices que soy liviana como el aire, que quieres llevarme más adentro. Yo quería hacer piruetas debajo del agua y enviarte besos, hacerte cosquillas submarinas, ver peces navegando entre tus piernas. Hacer el muerto encima del agua, que sensación tan placentera. Cerrar los ojos y dejarse llevar, pensar que en ese instante ya no existe nadie más, que somos tú y yo unidos por una extraña vibración de olas, casi rozarnos, por una corriente marina. Que te aproxima y te aleja a la vez. Creíamos ver pasar la vida rápido, un intenso instante que se convertía en un todo.
Al salir siempre hacía frío, y nos acurrucábamos buscando cobijo encima de la toalla, siempre tan bien puesta y preparada. El sol nos saludaba y le dábamos las gracias por quedarse todo el día con nosotros. 
Ese verano así, sencillo e inocente es el mejor recuerdo de los dos. 

martes, 6 de agosto de 2013

Un amor así. Salvajemente bello.

-¿En qué piensas?-preguntó Pol. 
-¿Te lo cuento? Verás, -dijo Ada.  Me ha dado por imaginarme diferentes maneras de dejarte. De dejarte algún día. No ahora, pero para estar preparada supongo. No me preguntes porque, porque porqués hay muchos y ninguno. Y no es que lo imagine cuando cierro los ojos, lo imagino despierta también. Un motivo puede ser que últimamente aquella gente que creías que duraría siempre lo han dejado. Me pregunto que motivo tenían ellos para dejarlo, pero ya no importa. Se les acabó el amor-dicen. ¿Cómo sabes cuando se acaba? Ante tal gran pregunta yo quiero estar preparada. Algunos días me da por pensar que soy dramática y que tal vez ésta sea la clave para que tú te acabes cansado de mi. Antes de que eso ocurra, yo debo tener un contraataque. Ahí está. También puede ser mi estado de ánimo (lamentable) los últimos meses. Quizás no eres lo que busco y lo que querías. O lo que he querido y buscabas. Otros días, pienso en los hijos que tal vez pudiésemos llegar a tener, que pasaría si un día lo dejáramos? Yo nunca he querido tener diferentes hijos con diferentes parejas. Eso no me va. Otras me acuerdo de los días que discuto, porque yo suele ser la que empieza. Quizás tenga ganas de practicar contigo por el futuro. Quizás si ahora sé cuál es tu estilo, tu estilo de discutir, sepa cómo influirte en las decisiones. O sepa cuando tengo que retirarme a tiempo. Como si lo nuestro fuera una prueba. Llámame loca, si quieres. 
Y que pasa, cuando te defraudan? ¿Cuando defraudas? Yo tengo la extraña ventaja/desventaja que todo se me queda grabado en la memoria del corazón. Puedo acordarme de muchas muchas cosas y soltarlas en medio de una explosión de palabras, en una explosión despiadada por hacerme con el control de todo.  A veces, es una mierda, lo sé. A veces, lloro sobre ello, lloro porque me gustaría cambiarme.

También estoy mejorando el arte de despedirme. Una forma de dejarte sin duda alguna, sería irme. Despedirme de ti. Sería lo mejor. Nadie quiere renunciar a lo suyo. Sería un error pedirlo. Así que estoy en ello. Oh sí! necesito mejorar seriamente. ¿Quién puede soportar un año apartada de alguien con el que respira al lado? Yo no. Ahora nunca se sabe cuál es el momento de la retirada. De hacer las maletas y deshacer tu entorno. Así que quizás esto sea bueno. Me refiero al hecho de practicar. La gente practica deportes, practica costumbres, metas...y yo practico maneras de dejarlo. No a ti. Si no a Todo. Y no te incluyo, sólo que vienes con el paquete (por desgracia).

(A Pol no le hizo ninguna gracia que Ada se preocupara por éstas cosas).

viernes, 21 de junio de 2013

Magia y efectos especiales


Roses

Tú para mi siempre serás playa
Serás aquel amanecer que anhelaba ver contigo y que un año después lo conseguí. Siempre serás aquella cala escondida pero que desemboca en un mar azul nítido. Que huele a naturaleza y desnudez. Que huele a verano y a picnic en la playa. Que huele a bañarnos y abrazarnos. El agua recorriendo mi espalda, los juegos de mesa y las cartas para pasar el rato. Tú siempre serás las fotos de atardeceres, de puestas de sol sobre la ciudad blanca, sobre la bahía de Roses. Siempre serás puerto y comienzo. Siempre serás las ganas que tengo de conocerte, de conocerlo contigo, de conocernos. 
Mis ganas aumentadas de cenas y noches en el jardín, con farolillos de colores, por brindar por "L'estiu que comença", copiando el lema del último libro de S.Soler.
Tú siempre serás mis abrazos preferidos, mis ganas de quedarme a tu lado. Tú siempre serás verano,  las noches de verano, serás fuegos artificiales, serás mis días de la semana, serás todas las historias de amor inventadas. Serás esa música que suena de fondo en casa, serás las risas y los bailes cutres que instigas a que haga. Tú siempre serás todas aquellas charlas de madrugada, todo esos tés de vainilla que nos encantan. Tú siempre serás todas las ganas de vivir juntos. Tú siempre serás mi helado favorito, mi mejor parte del día. Las ganas de descorchar aquella botella de champán para mi cumpleaños, dices. Tú serás aquel banco en el que quiero sentarme, la estación de los encuentros, la magia del inicio, del todo. 

sábado, 15 de junio de 2013

Incontinencia verbal

Me gusta entristecerme. 
Siempre lo he sabido, pero desde que me dan motivos para hacerlo más asiduamente parece que es cuando me encuentro mejor. Es una rara contradicción. Porque siempre me he considerado una persona alegre, a la que su segundo verbo preferido es reír. Así que no sé muy bien como he llegado a esta situación. Bueno miento, si lo sé. 
Me han hecho llegar entre todos. Los políticos corruptos me han hundido como a millones de personas más en un pozo de no-retorno. Es culpa de esta sociedad corrosiva que domina nuestros días, de la sociedad de la opulencia que nos ha engañado. Y para qué? Pues para que acabe aceptando que lo mejor no lo voy a encontrar en este país, que este nunca ha sido el país de las oportunidades, que debo hacer una movilidad (eufemismo de emigrar). Cuatro años atrás alguien con mi carrera podía trabajar dónde quisiese, incluso trabajar en dos y hasta tres sitios diferentes. Y ahora, si trabajas una vez al año en un sólo y miserable sitio puedes considerarte afortunado. Puedes bendecir a ese dios que te ha tocado con una varita mágica. Porque oye, trabajar diez días seguidos después de ocho meses sin trabajar es todo un hit! Y no puedes sentirte mal porque te llamen el mismo día para trabajar, o que hayas hecho planes para tu cumpleaños, sea el fin de semana del concierto que has estado esperando siempre..., porque no puedes/debes rechazarlo. Ya nunca más volverían a contratarte.
Así que venga todos demos un gran gracias que llegue a los oídos de todos aquellos que nos han robado la dignidad. Que me han permitido estarme ocho meses perdiendo el tiempo en casa, haciendo del hogar un oficio, sintiéndome tremendamente inútil y triste la mayoría de los días. Oyendo comentarios "que a fulanito de tal le han contratado y a ti no te han llamado?" A todos los que me han animado con un " y porque no miras fuera de España? Inglaterra?" ¿Por qué no miras tú? y yo ocupo tu sitio. Te lo guardo calentito para cuando vuelvas y podamos estar los dos. Al menos, damos trabajo a las escuelas oficiales de idiomas o a las academias, porque el inglés siempre era importante, pero ahora nos atrevemos con el alemán, el francés y si hace falta el árabe porque nunca se sabe. 
Si al final, va a estar bien no trabajar, así podemos dedicarle más tiempo a estudiar y movilizarnos con más facilidad por todo el mundo. ¡Qué chollo! No sé porqué no se me había ocurrido antes! 
Pero no desesperemos (o sí) cuatro o cinco años fuera de casa no es para tanto, y encima te culturizas. Porque dejar aquí a tu família, tu pareja y amigos...no es nada comparado con trabajar! 
3,2,1...¡Todos a buscar ofertas! 

domingo, 2 de junio de 2013

Tesoro



Sentada en la cama estás tú. 
Pintando sobre un lienzo blanco que poco a poco se torna azul y amarillo. Dibujas un sol precioso como el que vemos hoy desde la ventana de nuestra habitación. Se acompaña de un mar inmenso en el que puedes imaginarte las olas ir y venir, su murmullo, los niños jugando en la arena, construyendo palacios donde reposan sus muñecos preferidos. Desde donde los padres leen el periódico y remojan sus pies en el agua, pintan pisadas que se desvanecen cada vez que una ola se acerca. Gafas de sol y posados veraniegos, protección solar en la cara y el cuerpo. Fíjate, ahí va un niño todo embadurnado-dices. Y nos reímos. Luego, coges otro papel y lo pintas de verde, dorado y rojo y un campo de amapolas se dibuja en mi mente. Me imagino paseando y tu corriendo, gritando, sintiendo el aire en la cara. Un pueblo a lo lejos, encima de una montaña parece. Las ganas de llegar se perfilan en tu sonrisa. Mientras cantamos una canción animada para que el recorrido sea más llevadero. Desde arriba se ven todos los campos de trigo que hemos dejado atrás. Vemos una casa y queremos entrar. Descubrimos una mesa con sillas y un aroma a café se cuela en nuestra nariz. Una señora risueña lee un libro y nos sentamos con ella. Un jarrón con flores encima de la mesa. Me invita a café. Tu juegas a la pelota y todo parece estar en calma. Por las escaleras que bajan al patio un niño nos saluda. Jorge llega más tarde con un bote de mermelada en sus manos y el pelo alborotado. Nos ha echado de menos dice y la complicidad de sus ojos responden a los míos. 
Hay cualidades en las personas
que no apreciamos hasta que no las vemos  actuar
sin que ellas sean conscientes de nuestra  mirada.
(Elvira Lindo)

viernes, 24 de mayo de 2013

Mayo ya no se esconde

Cafè en Altafulla
Siempre hay un día que te sientes esperanzada. 
Un día que tienes ganas de hacerlo todo, que quieres aprovechar. Aunque sólo sea para pasear por tu ciudad, por un sitio diferente al que no sueles ir. Aunque sólo sea para hacer fotografías en tu cámara digital (aún estás ahorrando para la reflex). Hay un día en que vuelve a aparecer el impulso que lleva escondido todo el invierno para hacer cosas de verano. Hay un día para las actividades de aventura en el río, para que el agua fría te salpique en la cara, para hacer picnics debajo de un árbol entre sol y sombra. Un día para lo tuppers de pasta y galletas caseras. Un día para hacer la ruta de las ferias artesanales que te queden cerca, de lo que sean: cerveza artesanal, quesos, embutidos...También llega el día de los helados frente al mar, el día de celebrar la noche más mágica del año. Llegan los días de ir sin chaqueta. Llegan las ganas de quererte ir de viaje, hacer una escapada dónde sea pero con muchas cosas por ver, con muchas cosas por descubrir, donde una calle que parezca aburrida se convierta en un refugio. De descubrir música, de ponerte en el reproductor música que te transmita buen rollo, rollo a verano y alegría, de hacer coincidir tus escapadas con algún concierto molón. Puede tal vez, también, que llegue el día en que sepas que hoy vas a encontrar el trabajo que te ha faltado durante todo el año. ¡Ese trabajo! El día en que se acaben los exámenes (de momento). El día en que la esperanza no piense en abandonarte durante muchos muchos días. El día de cafés interminables, de terrazas con flores, de cenar en el balcón, de olvidar los besos de esquimal y convertirlos en besos con calor. De leer libros en bancos y de los cines al aire libre. 

miércoles, 8 de mayo de 2013


Te Quiero

Por hacerme reír, por quedarte a mi lado cuando no estoy bien, 
por abrazarme, por acurrucarme por las noches, 
por los besos de buenas noches...
por tantos motivos que no cabrían en un blog entero. 
Porque es genial querer(te)(os).

jueves, 2 de mayo de 2013

Efecto placebo


Por quererte tanto y no poder dejarte ir. Por no saber elegir mi futuro. Porque quiero que mi futuro seas tú, y estar contigo, y todo lo que tenga que ver con nosotros. Por sentirme perdida, por querer irme para encontrarme, para intentar mejorar, para confiar en que yo también valgo para estar fuera de casa. Por querer explorar (de tu mano mejor). Por sentirme triste, nerviosa, por querer hundirme. Por querer encerrarme en casa y no salir. Por dejar de hacerlo todo. Por ser otra persona. Por obligarme a quedarme. Por elegir siempre lo fácil. Por sentarme a esperar. Por perder experiencia en mi campo. Por no tener ganas de continuar formándome. Por querer olvidar. Por querer hacer un hueco en mi vida. Por no poder tenerlo todo, casi todo. Por saber que nunca vendrás, por confiar en que sí, por creerte cuando decías que vendrías. Por pensar en ti, cuando debería pensar en mi. Porque las cosas siempre salen al revés. Cuando crees que estás bien, va el mundo, la vida y se pone en tu contra. Por luchar por esto, por querer pasar tiempo contigo y sentir que estoy mintiéndote. Por tal vez, no ser del todo sincera contigo o si. Por no poder dormir bien por las noches, por acumular horas. Por no empezar a estudiar y dejar de pensar siempre en lo mismo. Por perder la razón y las ganas. Por oxidarme. Por sentirme impotente. Por no luchar.
...
Al final siempre es lo de siempre. Un círculo vicioso. Ojalá deje de ser círculo y se convierta en un camino recto, pronto. Porque sino, no sé como vamos a acabar. 

Foto : Si sabéis el autor, decídmelo y lo pondré. 

martes, 23 de abril de 2013

Desnudemos el alma

Que nos desvista al anochecer, que nos escriba poesía en los ojos, que nos despida en la estación, que nos salude en los andenes del tren, que nos acompañe por la calle de la mano, que nos ayude a decidirnos sobre que camino tomar o que paso debemos dar, que nos ayude a seguir queriéndonos, a seguir lamiéndonos las heridas que pican, a pintarnos el cielo de azul cada día y la tierra blanco paz. Que nos voltee las ganas, que nos escurra el corazón, que lo pinte de rojo brillante, que nos cante canciones al oído para ayudarnos a dormir las noches de soledad en la habitación, que nos invite a cerrar los ojos juntos, a mirarnos sin hablar, a saber que quiere el otro cuando no haya palabras para dar. Que nos cumpla deseos, que nos lea. Que nos de por cruzar el mundo de la mano del otro y nos de ganas de besarnos siempre, que nunca estén de más los besos que tenemos por dar. Que el amor sea nosotros. Que sea una rosa o un libro o una cita escrita a mano en la solapa del libro. Que sea despertares a tu lado. Que sea reírme de ti y tu de mi. Que nos salve de las lágrimas y la tristeza, que nos llene de vida, de paz, de tranquilidad, de saber estar, elegir. Que nos enseñe a conformarnos. Que nos enseñe a querernos, a querernos mejor, a que dure, siempre. 

Bon Sant Jordi 2013 a tots! 

martes, 9 de abril de 2013

Esto es el principio de lo que tu quieras

Estany de Banyoles
Te vi aquel día, en el ascensor, con la cabeza escondida entre los hombros. 
Sonriendo al espejo, arreglándote la ropa, atándote el cordón del zapato izquierdo. Diciéndote, esta noche todo va a ir bien. Y justo, cuando pasaban diez minutos exactos, apareciste tú, en medio de la calle. Después del beso de rigor, te escuché hablar de ti, del mundo, de política y ese fue el instante que debí haber congelado. Me pareciste de lo más sexy, te hubiese puesto las manos encima en medio de toda aquella multitud ferviente, ansiando ver a sus ídolos encima del escenario. En lugar de eso, decidimos caminar, hicimos que el sujeto fuera elíptico, incluso te atreviste a cogerme la mano, quizás pensaste que no iba a darme cuenta. Después de un par de citas más, empezamos a introducir otros temas a nuestra vida, empezamos a querer recorrer quilómetros de autopistas de besos en la espalda, o desde tu frente a mi vientre. Empezamos a introducir el arte de la conversación después del sexo. Y a la mañana siguiente, el ritual de oírte entrar en la ducha y esperarte para que me llevaras a casa. Nos hicimos habituales, amantes, amigos complicados. Luego te convertiste en mi placer adulto y ya nunca más te he dejado ir. Ahora participamos en nuestras vidas activamente. Somos como uno en dos. Y qué haría yo sin poder abrazarte durante más de una semana...Que haríamos con todos aquellos besos que nos robamos cada día, sería diferente la luna a tres mil quilómetros de ti...
Cuando te vi aquel día, nadie se hubiese aventurado a decirnos que estaríamos hoy aquí, los dos. 

jueves, 4 de abril de 2013

Pequeño corazón herido

En toda tu vida aprendes un montón de cosas. 
En el colegio te enseñan las letras y los números. Aprendes a leer poco a poco. Después te enseñan como resolver pequeñas equaciones numéricas como sumar y restar y luego la cosa se complica con sólo unos años más. Así poco a poco, vas descubriendo las ciencias y las letras. Vas aprendiendo las comunidades autónomas y los distintos tipos de montañas que existen. Te motivan a leer desde cuentos a novelas. Hasta que llegas a una edad en que debes decidir que quieres hacer. Con todo lo que has aprendido hasta ese momento, tienes que encaminar tu futuro, tu porvenir. Escoges una rama u otra, según tus preferencias y después de dos años y un examen final con gente que nos has visto antes, has llegado a los dieciocho o diecinueve, si eres repetidor. 
¿Y, entonces qué? ¿Qué quieres hacer? Tú escoges. Pero, la pregunta es ¿te han enseñado a esperar? ¿Y a sentirte inútil?. ¿Por qué no te enseñan que hacer si fracasas?. 
Yo nunca había tenido (tengo) vocación para nada. Cuando iba al colegio siempre había ido alternando que quería ser a la pregunta "de mayor". Cuando cumplí los dieciocho decidí, y la alegría me duró tres años a medias (pero mejor que nada), y ahora me encuentro envuelta en esta crisi que se está comiendo mis esperanzas. Se está adentrando en toda esa parte positiva que tenemos todos ante las frustraciones de la vida. Ahora quisiera volver al colegio y que me enseñaran como actuar delante de la desesperanza, como afrontar que llevas cinco meses en casa buscando y buscando, que esto ahora es tu trabajo: buscar. Que es rutina, que eres tu. 
Me gustaría aprender a reinventarme y sacar provecho de mis dones ocultos. Pero, ¿dónde están? Creo que nunca los he visto. Me gustaría ser de esas personas que se hacen fuertes en las situaciones difíciles y que apuestan por un cambio de rumbo, por dejarlo todo e irse. Por empezar de cero. Con una mano delante y otra detrás. Me gustaría, pero me duele. ¿Cómo debo hacer para que no duela? Qué alguien me lo explique! (Creo que voy a ahogarme). La respuesta no es la huida (canta Maldita Nerea). ¿O, si?

martes, 19 de marzo de 2013

Ha llegado el (des)hielo

Valencia
Un día de invierno del año pasado, no recuerdo cuando, empecé a escribir sobre una persona que había querido un montón (aquí y aquí).  Alguien que siempre había estado a mi lado (para todo), que siempre estaba cuando le necesitaba, si necesitaba que me llevara a algún lado o si quería asistir a un concierto y no  tenía acompañante. Mis sentimientos hacia él habían cambiado, no sabía explicarlos pero dije que había empezado a des-quererle. Pues bien, hoy después de un año, estoy empezando a recomponer los pedazos que me dejó. Estoy empezando a sentirme a gusto a su lado de nuevo, a que no me importe hablar con él de algunas cosas o a ir a su casa y que se sienta a gusto, que vea que puedo estar de nuevo ahí. Es un poco doloroso, porque por otra parte he empezado a mentir en casa, he empezado a ocultar algunas cosas, a contar las verdades envueltas en un caramelo agridulce pero no amargo. A veces, tengo que esconder cosas que me gustaría poder contar alegremente, sobretodo si yo misma me lo creo y lo siento. 
Quisiera que llegara un día que no me avergonzara decir todo lo que siento. Que no me sintiese mal por explicar las cosas, que no tuviera que justificarme o justificarle. Que no provocase gritos o malas caras. Ni comentarios a todas horas por algo que he hecho o que ha hecho porque si. Entiendo, que quizás es pronto para perdonar, jamás olvidaremos, pero debemos ser capaces de intentar pasar página, porque al fin y al cabo, la situación nunca volverá a ser como antes. Sólo conseguiremos que sea lo más llevadera posible. Así que sí, ahora es el momento de mirar para adelante, al menos intentémoslo. Yo prometo hacerlo. 

martes, 12 de marzo de 2013

Brasas de un fuego que encendimos juntos

Tu silueta se dibuja entre las sombras, fina y sugerente. Sin camiseta se te aprecia mejor. 
De espaldas a mi, acabas de desnudarte y la línea que llega a tu ombligo se eriza. La camisa yace en el suelo, la ropa revuelta. El agua cae,  poco a poco sobre tu torso desnudo, tus manos dibujan suaves círculos, echas la cabeza hacia atrás con ligereza. La música suena en el móvil. Me descubro fan de ti, de cada movimiento tuyo, de como cierras los ojos para que no entre champú en ellos, de como lentamente te giras y descubres tu sonrisa, y un guiño de risa se dibuja en tu boca. Avanzas tus brazos hacia a mí y me tiras hacia a ti y yo me mojo. La ropa, escasa, se pega a mi cuerpo y dibuja mis curvas, y se que te gusta. Quieres desnudarme y enjabonarme y todo con delicadeza. Protagonizamos nuestra propia película erótica que no porno. El resto lo dejamos a la imaginación. El vaho se ha instalado en el cuarto de baño, te escribo rimas en el espejo. Tú te secas con la toalla y yo mojo mis dedos en espuma. Abrimos la puerta y las palabras escritas se esfuman, pero quedan las miradas y las huellas en la piel. Pequeña gran noche de carícias eternas. Despedimos al invierno y saludamos una nueva estación que acecha sigilosamente, llena de sol.


jueves, 7 de marzo de 2013

Nuestro meridiano privado


Es miércoles por la noche y aquí empieza un nuevo capítulo de la historia. 
Tú y yo en el sofá negro del nuevo piso, la luz de casas ajenas colándose por nuestra ventana, la cena cocinándose a fuego lento, las noticias en la televisión y nosotros dos hablando abrazados sobre lo próximo que vas a comprar para la casa. Me miras y sabes exactamente que voy a pedirte. Te ries e imitas mi próximo movimiento. Rescatas fotografías en las que apareces con dieciocho años y los dos  reímos, yo te digo que jamás te hubiese besado y tu que soy mucho más guapa que la chica que aparece a tu lado. Entonces,  suena el teléfono, te levantas mientras me lanzas un beso al aire, y yo aprovecho para observar detenidamente cada rincón de este piso que ahora va a ser mi segunda casa, algún día tal vez, voy a vivir en él, incluso. Me imagino todo en su debido lugar, los cuadros colocados con delicadeza en la paret, la estantería perfectamente equipada, nuestra foto favorita de Granada adornando la paret desnuda de tu habitación. La ropa húmeda en el tendedero, mis pies tapados con la manta del avión, esperando a que vuelvas al comedor y puedas prepararme mi té favorito en el mundo, que te sientes otra vez, a mi lado y me cuentes novedades, me recuestes contra tu pecho y me des muchos besos y yo no pueda dejar de sentir que me encanta estar a tu lado; que el día es mucho mejor cuando lo compartimos.



miércoles, 20 de febrero de 2013

"Oymyakon". Borracha de vivir, autopista a ningún lugar.

Escribo un diario a través de las pupilas. De alto voltaje. 
Todo lo que se cuela en mi mente es gracias a ellas. Sabes cuando empezar, pero no cuando parará. 
Suelen contarme cosas de los demás, de vidas que no conozco, ajenas, que se cruzan en mi camino; otras veces, me abraza y me guía hacia mi destino. Casualmente, le da por trabajar al atardecer justo antes de cerrar los ojos y dejarme llevar hacia otro universo de pequeñas cosas. No sé cómo lo hace pero siempre se deja escuchar, no importa cuan lejos estés, siempre sabe el momento oportuno para llegar a ti. 
Se transforma en palabras cuando tiene ganas de plasmar el arte en papel. Le gusta borrar y volver a empezar (Erase-Restart). 
Verás, no cambio por casi nada un momento de poesía visual. Yo sentada delante de la ventana de mi habitación, que sólo quiere ser testigo de los sueños que se escriban mañana,  mientras sean parpadeando; ver el viejo pino balancearse al compás del viento suave, las persianas de los vecinos descendiendo silenciosamente, la ropa tendida y un niño pasando con su triciclo mientras su hermano ayuda a su madre; el vecino del quinto fumando de escondidas y tú...tú en pantalón corto y la nariz roja a punto de entrar en casa. 

Son las seis y es de día. Ya huelo a primavera, pronto podremos fotografiar a las golondrinas que vuelan para quedarse, a las cigüeñas durmiendo en las antenas del edificio, nosotros siendo como Oniria e Insomnia andando por los cables. El gris se evaporará y la cocina volverá a oler a tarta de la abuela. 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Dulce disposición


Diviso un suave destello en tus ojos verde océano. Una luz que me muestra el camino a tientas. De tus pestañas silenciosamente pobladas aparece de pronto la oscuridad, cuando cierras los ojos. Dos, tres gotas de purpurina que se han colado en tu entrecejo. Tus mofletes se han pintado de rosa chicle y un dulce gesto se ha dibujado en ellos, una sonrisa parece. Un guiño de inconformismo tal vez. Entonces tus manos se pasean por tu cara y disimuladamente barres el sudor que estaba a punto de caer entre tus párpados. Me miras con gracia y soltura y tu boca empieza a articular sonidos que se convertirán en palabras. Al principio, balbuceas algo que no puedo entender, me pides que me acerque sigilosamente a  tus orejas pequeñas, redondas; exhalas un suspiro, como si fuera el último aliento del día, como si estuvieses enormemente cansado, después de llevar todo el día trabajando. Cuando estoy a un milímetro de rozar mi lengua con tu oreja, coges mi mano y la acercas a tu pecho y yo noto el perfecto latido de un corazón a pleno rendimiento, de un corazón que no se ve por fuera pero avanza deprisa, inter conectando todo  un complejo sistema de venas y arterias que nos invita a vivir;  te toco y una espiral de sensaciones se conecta con mi cerebro que envía la orden de mirarte justo en el momento en que lo dices todo. 

miércoles, 30 de enero de 2013

No todos los finales son un nuevo final

Playa de Veracruz. Mexico
Playa de Veracruz .Mexico
Cascadas de Agua azul. Mexico
Llevo más de cien historias que contar guardadas en una mochila llamada corazón. Y que me encanta que sea parte de mi. Aunque parezca ligera es enorme. No hay palabras para describir lo que he sentido, lo que he visto. Es cierto que está llena de momentos que he compartido contigo. Momentos que no cambiaría por nada del mundo. Momentos que a veces no quieres dejar que pasen, que quieres que se integren en ti, que te formen, que te ayuden a llegar a lo más alto, a lo más gratificante. 408 horas de satisfacciones y sorpresas. De paraísos que pude tocar con la mano. De ternura y desesperación. De quedarme a tu lado todo el tiempo y no querer dejarte ir. De sentirme tan a gusto que nunca creí que fuese posible. De sentirme contenta y agradecida por que insistieras, por darme motivos para volar contigo. Que estuvieses ahí cuando mi pesimismo afloraba, que me cuidaras y te preocuparas por mi. Que me dieses la mano para guiarme y protegerme. Que nuestros abrazos siguieran siendo tan tiernos a mil quilómetros de casa, en otro continente, al otro lado del charco, que las ganas de quererte no hayan desaparecido. Descubrir que somos fuertes y que a tu lado todo mejora. Reírnos del mal tiempo, de nuestras malas caras, del cansancio, del (d)olor de pies. De nuestras poses en las fotos. Ahora sé que nada me haría más feliz que acompañarte por todos los rincones de este planeta. Y que me alegro de que tú que ahora eres mi yo, estés a menos de diez minutos de casa. (pd: no olvides quererme nunca). 

miércoles, 9 de enero de 2013

Reciclando


Si vamos a tener que convivir durante un año entero, espero que aprendamos a ser amigos. Espero que aprendas a tener paciencia conmigo y yo contigo. A que podamos discutir las cosas e intentar mejorar lo que no conseguimos hacer en 2012. Este año impar no voy a pedirte la luna como quizás hubiese hecho en otras ocasiones. Ya sé que no estás para regalar nada y que vas a tener suficiente trabajo para contentarnos un poco a todos. Pero portate bien, por favor. Que algunos aún tenemos esperanza, aún tenemos ilusión por hacer cosas, aunque sean con algunos cambios de última hora. Quizá tenía que haberlo escrito en la carta de los Reyes Magos, pero tú llegaste primero. Da la oportunidad a la gente que se lo merece, a los que están peleando día a día por salir adelante, a los niños que quieren ser mayores algún día, a los que quieren seguir pedaleando hacía delante aunque la carretera esté llena de curvas, a los que un día fueron útiles en esta sociedad. Tómate un minuto. Respira y actúa. Danos la mano. Haz que exista ese ángel de la guarda que (algunos) no hemos visto nunca. El empujoncito que nos falta. Sacúdenos los miedos. Enséñanos a ser valientes, a tirarnos a la piscina aunque no sea verano. A que todo llega cuando tiene que llegar. Pero sin resignación. Danos motivos para sonreír. Que no todo sea oscuridad. Quiérenos.