sábado, 12 de diciembre de 2015

*


Primero estuviste tú.
Y la forma en que te deslizaste, 
dentro.
Después mi alma, 
y ya has entrado.
Ahora vacío. 

lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Quieres ser mi salvavidas?

Sóller
Para un momento y rebobina. Rebobínalo todo. 
Y vuelve a empezar la película. 
Volvemos a estar perdidos, perdidos buscándonos. Volvemos a ser dos almas que aún no se han encontrado. 
Entonces me giro. Y pienso que estás ahí. Pero, ahí dónde?. Es como si ya hubiese vivido esta historia. Es como si te conociera de otro lugar que no se identificar. Y te sonrío. Pero no me entiendes, tu cara dibuja una mueca. Y a mi me hace gracia. Sin quererlo o si, nos aproximamos. Estamos el uno delante del otro. No se que decirte, ni cómo explicarte que me pareces divertido. Mi cabeza está intentando organizar todas las ideas. Tú propones que nos sentemos, ahí con vistas al mar. Es invierno y noto el frío en mis mejillas. En tus párpados. Noto mi corazón latiendo, cabalgando. 
Tengo algo que decirte, pero no logro recordar qué. 
Y vuelvo a fijar mis ojos en el mar. 

sábado, 11 de julio de 2015

Sola

"Se me ha gastado el amor de tanto usarlo."
Eso leí hace un tiempo, ahora no recuerdo dónde. Tampoco sé si es de algún escritor famoso o de algún tipo anónimo. Entonces, no lo entendí. 
Ahora esta frase ha vuelto a mi, como un boomerang. 
Y me pregunto yo: ¿ Se gasta el amor? ¿Cómo puede gastarse algo que ni tan siquiera puede tocarse? Algo que no puedes ponerte encima porque si. Está claro que gramaticalmente la frase no tiene por dónde cogerse. Pero, y emocionalmente? 
******************
Yo te he querido como nunca creí que se podía querer. Te he escrito cien versos de amor y alguna canción desesperada, también. Te he visto dormido y despierto. Hemos compartido cojín y también juegos. Hemos hecho el amor. Hemos celebrado juntos y por separado. Siempre creí que serías tú la persona con la que superaría cualquier obstáculo que el mundo me pusiera o que tal vez yo misma creara. No tardé más que casi dos meses a declararte mi amor. Tampoco tardé mucho más en vernos con niños a nuestro alrededor. No tenía ni que imaginarme que serían tuyos. 
*******************

Ahora, creo que se me han gastado las fantasías. Ahora creo que me he dado de bruces con el mundo real. Y ahora, creo que no me gusta. Ahora me pregunto que qué debo hacer con mi vida. Si optar por la vía segura y tranquila a tu lado o abandonar esta nave e ir hacia otra dirección. ¿Cómo puedo encontrar la respuesta? Antes creía que el amor todo lo curaba. Qué también curaría mis manías, mis ganas de huidas, mis días malos y qué todo se haría fácil. 
Pero a todos, o a mí, nos gustan las complicaciones. Nos gustan que las cosas se nos compliquen y disfrutamos con lo que no tenemos, con lo (in)alcanzable. ¿Por qué? 

********************

Me equivoqué. 
Y ahora no se cómo (vamos a) solucionarlo.

A veces, pienso cosas que no debería. 

viernes, 27 de marzo de 2015

Te pregunté: 
-Te acuerdas de nuestra primera vez cogidos de la mano? Y de aquélla en la que fuimos juntos a pasar un día en el mar? Y de todo lo que descubrimos, después? 

Me he propuesto recordar. No sé porque ahora todo ha vuelto a la memoria. Todo lo que había almacenado. Lo había post puesto, supongo. Ahora he vuelto a acordarme de aquellas cosas que hacíamos al principio. De todas las emociones que sentía, de las cosquillas en la barriga, de todas las chorradas que nos decíamos, de todos los sueños que teníamos por cumplir, de nuestras quedadas eternas, del querer siempre más, tal vez porque lo empezábamos y no lo teníamos del todo. Tal vez, porque teníamos miedo que mañana se acabara. Porque sabíamos que aquellas diferencias de carácter nos acabarían alejando. Que tú acabarías alejándote una vez más. Por eso, deshacíamos la cama cinco o seis veces por semana tal vez. Nos subíamos en el coche y no sabíamos dónde íbamos a parar. Todo aquel riesgo, aquella sensación de placer camuflada en miedo. En miedo a hacernos daño. 

Ahora me ha dado por autoflagelarme una vez más, he vuelto a pecar leyendo absurdas historias de amor-odio. He pecado imaginándonos como al principio, con toda aquella adrenalina que tenía al pensar en ti, con todos los besos que tenía guardados para alguien como tú. He vuelto a querer desear el principio. El principio con otros. Lo sé, soy culpable. Culpable de querer cosas imposibles. De a veces, quererlas contigo pero sin ti. De sentir aquel dolor y aquella sensación de vacío cuando lo dejamos durante todo aquel largo verano, en el que continuamos acostándonos. Siendo amigos extraños. De volver a aquel riesgo. 
Lo sé, todo lo nuestro es demasiado bonito para querer volver al ayer. Yo quiero vivir en el ayer pero del hoy. De lo que hemos construido juntos. De lo que había soñado antes. Pero a veces, no se por qué, siento que esto no es suficiente. Siento que es contradictorio. No puedo imaginarme en el futuro sin ti, ni puedo ni quiero.
¿Me estoy transformando en una adulta aburrida? ¿Aburrida de la monotonía? ¿De lo que comporta crecer y madurar?
¿Por qué no nos comportamos como si acabáramos de conocernos? ¿Por qué no hacemos de nuestro viaje por la vida algo con lo que reírnos siempre? Ahora me acuerdo de aquella canción "Young Forever", es como si siempre quisiese verme reflejada en aquellas historias pastelosas y adolescentes de amor. De amores primerizos.
Soy triste. Y seriéfila, cinéfila y lectora voraz a partes iguales. No sé escribir sobre cosas que no me pasan a mi, sobre cosas bonitas a las que ya me he acostumbrado, pero que no tienen poder para ser descritas. 

Entonces, tú respondiste: 
+Sí. ( y no hubo nada más que decir. Entonces empezaba el presente.)

domingo, 1 de marzo de 2015

Ecos

Me encanta leer. 
Me transporta a otro lugar. 
Soy capaz de olvidarme de todas las miserias, de los problemas que me rodean, de toda la amargura que soy capaz de sentir. Me olvido de cuando me llaman fuera de horario laboral para ir a trabajar, de cuando digo que no porque no me apetece, porque odio que me envíen a un servicio que no he ido en un año, que me envíen a un lugar donde no he estado nunca o tal vez donde hay un mal rollo que se palpa en el aire...
Las horas pasan más rápido si estás enganchado a un libro que te cautiva. A mi suele pasarme sobretodo con los de Agatha Christie. Me encanta que hasta el final no descubras quien es el culpable o la culpable de mantenerte horas leyendo, horas que quizás (como en mi caso) destinaría a estudiar algo de alemán, o bien para hacer cursos sólo con el objetivo de mejorar en la lista de trabajo. 

Pero ahora, ahora, me he "enganchado" a un tipo de libro de éstos, los cuáles están de moda leer ahora. Me lo recomendaron y aunque era reacia a empezarlo, ya que me había leído los dos primeros volúmenes de C.Grey y no me habían gustado, le he cogido gustillo y en a penas unos pocos días ya estoy a punto de terminarlo. Pero no vengo a explicar, si me gusta o no. En realidad pienso que, no sé que placer hay en leer este estilo de libros. A mí, sinceramente, sólo me han traído que "dolores de cabeza". Si no tienes pareja, quieres tenerla para experimentar lo que lees. Pero, sin ánimo de confundir, si tienes ni por asomo te pasa ni una de las cosas que lees. Tu devoras el libro y tu mente imagina lo más rápido que puede, lo procesas, y te imaginas que eres tu la protagonista. Pero se queda ahí. No digo, que quiero que todo lo que leo me pase. Pero es que aunque intententaras reproducirlo en la vida real no tendría efecto. No saldría como te lo has imaginado, ni tan siquiera como lo has leído. Que en realidad es aún más triste de lo que parece. Porque sólo habrías de estudiarte aquello que te ha gustado y reproducirlo directamente.
A parte, está, que te sientas culpable por querer al protagonista masculino del libro. Por imaginarte, que tu eres la chica y "él" te besa a ti, entre otras cosas. 

Claro, que peor aún, es leerte un libro de estos mientras escuchas música sensiblona y romántica y en castellano. Yo no soy mucho de escuchar a P.A pero cuando me pasan cosas que no me gustan y me disgustan bastante, me pongo a escucharle. Y después de él, vienen otros...

Así, que comprenderéis que no os recomiende este libro. A menos, que os guste martirizaros o bien, vuestra pareja lea lo mismo que vosotros. Si no, tendréis un problema más añadido a la lista, tendréis complejo de chica de libro ( no sé si es peor esto que la realidad).