domingo, 8 de enero de 2012

Situaciones de emergencia y terapias mal llevadas.


Estoy en el punto más álgido de la cuesta de enero.
Y no porque note mi bolsillo más vacío que en diciembre, después de las fiestas. Ni porque haya engordado 4kg y tenga que apuntarme urgentemente al gimnasio para bajarlos. 
Es sencilla y planamente porque estas fiestas han sido de verdad (sin contar en alguna excepción) tristes. 
Esto de año nuevo, propósitos nuevos e intento de mejorar para según quien parece no poder aplicarse. 
Ayer, que ya se suponía que los deseos de año nuevo tenían que estar activándose, fue el peor día de todos los que han venido después de "la ecatombe". Me sentí sola, perdida y con muchas ganas de escapar de allí. Me senté en el coche, cinco minutos antes de irme a trabajar, y empecé a llorar, tanto que podría haber nadado algún pececillo de color, entre tanta lágrima suelta. 
En casa, me puse a mirar desenfrenadamente y con un odio en mi montones de apartamentos que mi bolsillo pudiese pagar, que pudiera ir andando a trabajar y que tuviesen muebles. No se, cuanto durará mi deseo de escapar o si realmente podré hacer algo para llevarlo a cabo. 
Algunas mañanas me levanto y siento esa opresión en el pecho, de angustia que no sabes ni si levantarte. Tienes que hacerlo porque trabajas, esa es la razón para no desesperar (de momento). Y con todo eso se junta no poder abrazarle a él, porque está lejos. Y ya llevas echándole de menos todos los días feriados. 
Y entre la angustia y el dolor de escapar, el echar de menos y los exámenes que están llegando, esto puede ser una bomba, de un momento a otro.
Espero que en febrero se recupere. 

1 comentario:

L. dijo...

Todo el mundo se empeña en creer que el 1 de enero cambiará todo, o al menos algo, pero es mentira. Tú eres la única que puede elegir cuando dar un cambio a tú vida, cuando empezar tu año. ¿Qué quieres escaparte? Escápate y empieza de cero. A veces la vida te hace sentirte sola y triste pero es una cobarde que se acojona en cuanto le sonríes un poquito.
Muá!