domingo, 15 de enero de 2012

A veces pienso que es un don olvidar...

Plaza del Torico.Teruel'11
Todos tenemos heridas.
Todos tenemos cicatrices. 
La diferencia es que a veces, aquellas cicatrices que creías cerradas siguen ahí, vuelven a abrirse y vuelven a convertirse en heridas. Y luego, la mayoría de las veces el proceso de curación se convierte en algo terriblemente largo. Casi irreversible. Es como poner el dedo en la llaga una y otra vez. 
Las peores, sin duda, son las del corazón. 
El corazón no entiende de porqués-dicen. No entiende y tú tampoco lo entiendes. Nadie entiende cómo un órgano que ni siquiera puedes tocar con la punta de los dedos, ni siquiera rozar, puede causar tanto dolor, a veces. No entiendes porque a veces llora y se encoge y late con más intensidad. No entiendes porque a pesar de ponerle música y tratar de emborronarlo, la herida sigue estando ahí. 

Sin embargo, hay gente que tiene el don de sanar las heridas del corazón. No se muy bien cuál es el secreto o la fórmula. Sólo sé, que si tienes la suerte de encontrar a alguien que puede hacerte sonreír y no sólo poner parches en tu pobre y lastimado corazón, no puedes dejarla escapar. 
Yo creo haberla encontrado. Sé que lo he hecho. Dice que soy fuerte y yo sólo pienso que soy cobarde y que tengo miedo. Que soy autoconformista y que veo la vida pasar por delante cómo si fuera la película de otro. "Y es que el grito siempre acecha, es la respuesta". Lo bueno de esto, es que contigo mis heridas parece que no están, me haces olvidar y querer empezar de nuevo. Dices "es fácil". Y aunque no lo sea, mi corazón contigo parece entenderse. 
Parecen diluirse los problemas. Parece que llegue la sangre al corazón y que empiece a picar. Y solían decir que "si pica es que cura". Yo no sé si así se cura. Pero por lo menos permanece dormida un tiempo. Aunque tengamos una nueva cicatriz en nuestros 12cm de longitud.

5 comentarios:

L. dijo...

Yo creo que las heridas del corazón nos duelen tanto porque él con sus latidos las reparte por todo el cuerpo, por eso cuando él está triste o dolorido hasta la punta del dedo gordo del pie derecho lo nota y también se pone triste.
Suerte con ese que sana la heridas del corazón, si es todo fácil con él, eres una afortunada
Muá! :)

Noelia dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con el comentario anterior, siempre duelen más cuando dan en el corazón porque es allí el punto de encuentro de todo nuestros sentimientos, cuerpos..pero sobre todo es donde guardamos mas de nosotros mismos..Lo importante se encuentra en eso mismo que tu has dicho, en saber valorar a esa persona que hacen que estás heridas sean menos dolorosas y sepa pintar tu mundo de colores ;)

SMSC dijo...

Que gran título. Buen título para un gran texto. No creo que realmente se llegue a olvidar verdaderamente. Al igual que recordamos todos los momentos felices, en nuestra mente permanecen los más duros. Es triste, pero verdad.

J. Nuv dijo...

Me alegra que te guste la música que pongo en ambos blogs, intentaré escribir más a menudo añadiendo alguna canción. Gracias por pasarte (.

Gabby dijo...

Yo creo que el problema de las heridas no son ellas si no nosotros. Tenemos que aprender a vivir con ellas y no empeñarnos en olvidarlas porque estaríamos renunciando a una parte de lo que somos. Todo lo que nos suceda nos ayuda a crecer y a madurar para no cometer dos veces el mismo error. Solo hay que aprender a sacar lo bueno de cada situación por desastrosa que sea =)
Un beso!