miércoles, 21 de marzo de 2012

Sacude mi mundo a la luz del sol

Te acercas, lentamente. 
Le ves ahí, en su mesa. Haciendo planos e intentando cuadrar la distribución de un riego para que bañe todo un campo (de trigo). Y te entran unas ganas irremediables de darle un beso en la nuca y poner tus brazos en su cuello y decirle cosas bonitas al oído, para que sonría. 
Lo haces. Y ahí estáis los dos. Riendo de las cursiladas que os decís. Que sólo otros enamorados podrían (si acaso) entender.  Pones la música y te entran las ganas de bailar, que a fuera hoy hace sol y huele a primavera. Abres la ventana un poco más, para que el aire entre por vuestras venas. Te despojas del pañuelo de flores que llevas y tiras la chaqueta verde encima de la cama y empiezas a dar vueltas. Tus pies quieren moverse al ritmo de la música. Y cuando él te ve, te saca fotos. Se acerca, te dije flojito  al oído que le encantas y te da un beso de esos que no sabes si tienen final. 
Media hora después, los dos desnudos  y un espiral de pasión y pureza os inunda. Haciendo el amor y deshaciendo las sábanas. Tus dedos recorriendo su torso y sintiendo que no puede haber nada mejor para empezar una tarde con sol. Bueno sí, cierras los ojos y entonces estáis los dos en una habitación con vistas al mar. Ahora si, todo está en su lugar. Él te mira y os conectáis. 

2 comentarios:

Noelia dijo...

Dios que belleza de texto ;) Me encanta la historia, puede haber algo mas hermoso que esa magia que rodea a dos enamorados ;)

SMSC dijo...

Que belleza de texto, que manera más bonita de transmitir :)