martes, 6 de agosto de 2013

Un amor así. Salvajemente bello.

-¿En qué piensas?-preguntó Pol. 
-¿Te lo cuento? Verás, -dijo Ada.  Me ha dado por imaginarme diferentes maneras de dejarte. De dejarte algún día. No ahora, pero para estar preparada supongo. No me preguntes porque, porque porqués hay muchos y ninguno. Y no es que lo imagine cuando cierro los ojos, lo imagino despierta también. Un motivo puede ser que últimamente aquella gente que creías que duraría siempre lo han dejado. Me pregunto que motivo tenían ellos para dejarlo, pero ya no importa. Se les acabó el amor-dicen. ¿Cómo sabes cuando se acaba? Ante tal gran pregunta yo quiero estar preparada. Algunos días me da por pensar que soy dramática y que tal vez ésta sea la clave para que tú te acabes cansado de mi. Antes de que eso ocurra, yo debo tener un contraataque. Ahí está. También puede ser mi estado de ánimo (lamentable) los últimos meses. Quizás no eres lo que busco y lo que querías. O lo que he querido y buscabas. Otros días, pienso en los hijos que tal vez pudiésemos llegar a tener, que pasaría si un día lo dejáramos? Yo nunca he querido tener diferentes hijos con diferentes parejas. Eso no me va. Otras me acuerdo de los días que discuto, porque yo suele ser la que empieza. Quizás tenga ganas de practicar contigo por el futuro. Quizás si ahora sé cuál es tu estilo, tu estilo de discutir, sepa cómo influirte en las decisiones. O sepa cuando tengo que retirarme a tiempo. Como si lo nuestro fuera una prueba. Llámame loca, si quieres. 
Y que pasa, cuando te defraudan? ¿Cuando defraudas? Yo tengo la extraña ventaja/desventaja que todo se me queda grabado en la memoria del corazón. Puedo acordarme de muchas muchas cosas y soltarlas en medio de una explosión de palabras, en una explosión despiadada por hacerme con el control de todo.  A veces, es una mierda, lo sé. A veces, lloro sobre ello, lloro porque me gustaría cambiarme.

También estoy mejorando el arte de despedirme. Una forma de dejarte sin duda alguna, sería irme. Despedirme de ti. Sería lo mejor. Nadie quiere renunciar a lo suyo. Sería un error pedirlo. Así que estoy en ello. Oh sí! necesito mejorar seriamente. ¿Quién puede soportar un año apartada de alguien con el que respira al lado? Yo no. Ahora nunca se sabe cuál es el momento de la retirada. De hacer las maletas y deshacer tu entorno. Así que quizás esto sea bueno. Me refiero al hecho de practicar. La gente practica deportes, practica costumbres, metas...y yo practico maneras de dejarlo. No a ti. Si no a Todo. Y no te incluyo, sólo que vienes con el paquete (por desgracia).

(A Pol no le hizo ninguna gracia que Ada se preocupara por éstas cosas).

3 comentarios:

Noelia dijo...

Lo malo de prepararte para lo malo es que parece que lo llamas, y si lo practicas demasiado puede que al final termines perdiendolo, y lo hagas porque es lo que has estado buscando al fin y al cabo...

Kris Diminutayazul dijo...

No podemos prepararnos para el adiós, nunca.

Luis Cano Ruiz dijo...

Todas las preparaciones son finales anticipados, y sin embargo muchas veces necesitas saber que ocurrirá si todo se acaba.

Cuídate.