jueves, 4 de abril de 2013

Pequeño corazón herido

En toda tu vida aprendes un montón de cosas. 
En el colegio te enseñan las letras y los números. Aprendes a leer poco a poco. Después te enseñan como resolver pequeñas equaciones numéricas como sumar y restar y luego la cosa se complica con sólo unos años más. Así poco a poco, vas descubriendo las ciencias y las letras. Vas aprendiendo las comunidades autónomas y los distintos tipos de montañas que existen. Te motivan a leer desde cuentos a novelas. Hasta que llegas a una edad en que debes decidir que quieres hacer. Con todo lo que has aprendido hasta ese momento, tienes que encaminar tu futuro, tu porvenir. Escoges una rama u otra, según tus preferencias y después de dos años y un examen final con gente que nos has visto antes, has llegado a los dieciocho o diecinueve, si eres repetidor. 
¿Y, entonces qué? ¿Qué quieres hacer? Tú escoges. Pero, la pregunta es ¿te han enseñado a esperar? ¿Y a sentirte inútil?. ¿Por qué no te enseñan que hacer si fracasas?. 
Yo nunca había tenido (tengo) vocación para nada. Cuando iba al colegio siempre había ido alternando que quería ser a la pregunta "de mayor". Cuando cumplí los dieciocho decidí, y la alegría me duró tres años a medias (pero mejor que nada), y ahora me encuentro envuelta en esta crisi que se está comiendo mis esperanzas. Se está adentrando en toda esa parte positiva que tenemos todos ante las frustraciones de la vida. Ahora quisiera volver al colegio y que me enseñaran como actuar delante de la desesperanza, como afrontar que llevas cinco meses en casa buscando y buscando, que esto ahora es tu trabajo: buscar. Que es rutina, que eres tu. 
Me gustaría aprender a reinventarme y sacar provecho de mis dones ocultos. Pero, ¿dónde están? Creo que nunca los he visto. Me gustaría ser de esas personas que se hacen fuertes en las situaciones difíciles y que apuestan por un cambio de rumbo, por dejarlo todo e irse. Por empezar de cero. Con una mano delante y otra detrás. Me gustaría, pero me duele. ¿Cómo debo hacer para que no duela? Qué alguien me lo explique! (Creo que voy a ahogarme). La respuesta no es la huida (canta Maldita Nerea). ¿O, si?

3 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

El problema es creer que si no eres muy bueno en algo, o tienes muy claro el camino que quieres tomar, no vales.

Nos han enseñado a caminar hacia un objetivo sin que nos fijemos que en realidad el camino también es importante.

Son malos consejos, pero debes saber que todos tenemos un hueco donde hacernos fuertes y avanzar. Siempre.

Cuídate.

Isabel Motos dijo...

Las cosas importantes, las que realmente cuentan, nunca nos las enseñan, nos toca a nosotros aprenderlas. Y, normalmente, suele ser del peor modo o cuando menos te lo esperas o ambos... no sé.
Si el texto es real, ¡muchísimo ánimo, no te rindas ni dejes que el ambiente te ahogue! :)

Tequila dijo...

A veces la solución si es la huída... pero solo a veces. Hay que pensarlo bien...

Besos!