Entraste en mi de forma imprevista. Cuando dijiste que te gustaba el cine y leer por las noches supe que serías especial. Odiaba tu forma de decir, te "echo de menos", porque luego jugabas a ser mayor con ella. Hablábamos durante horas y tu me contabas las cosas que te gustaban de mi. La forma en que mis labios se movían o mi forma de reír. Cuando mis ojos se sorprendían por el contacto directo con los tuyos. Mientras, yo tenía esperanzas de que algún día, ella se iría y tu vendrías a mi. Pero cuando viniste, supe que no sería bueno...que nuestro juego pre-adolescente no funcionaría, que sólo podía hacerlo a través de una pantalla de ordenador o en la oscuridad de un cine. Que la vida real no funcionaba ni cómo en las canciones más tristes. Además, que es eso de decir que puedo estar con alguien mejor? eso no se dice, sobretodo cuando lo que quieres escuchar es lo contrario. No sabes, cuanta tensión había entre los dos, el martes en tu coche, tu mirada pidiéndome a gritos un beso y mi mano a dos cm de tocarte. Mi capacidad infinita de seducirte y llevarte a mi terreno y una voz interior gritando que no lo estaba haciendo bien. Que eso, no es lo que necesitamos. Que lo oportuno es esperar. Y que si quieres, ser parte de mi, deberás intentarlo. Que X, aún no se ha ido...y parece que ella, no estará muy contenta, tampoco.
mañana m voy a París!